NUESTRO CUERPO ES TEMPLO DEL DIOS VIVIENTE
“… Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” Lucas 19:46 ¡Es impresionante la obra que el Espíritu Santo hace en la vida de una persona, que recién le ha recibido! Yo, siempre lo comparo con una casa, a la cual, ha llegado Jesús y se le ha dado la libertad para que Él sea quien decide lo que se hará en aquella casa. Si Él decide cambiar los muebles, saca los muebles viejos y pone unos nuevos; Él decide cambiar las cortinas de la sala y pone unas, muy lindas, que combinan con los muebles. Decide también, cambiar los muebles de la cocina; saca los muebles viejos y pone unos hermosos y así, comienza a darle un nuevo brillo a la casa, para dejarla “preciosísima”. ¡Eso es lo que El Espíritu Santo hace en la vida de una persona, que recién ha nacido de nuevo!, y que ha hecho a Jesús su Señor y Salvador. A este proceso de cambio en la vida de una persona, que ha puesto su fe en Cristo, se le llama: REGENERACIÓN, “Nos salvó, no por obras de