¿PUEDE UN NIÑO SER ESPIRITUAL?
“Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel” Lucas 1:80 Uno de los sueños de una persona que va a tener un hijo es poder disfrutarlo; luego de su nacimiento, el verlo desarrollarse, y a medida va creciendo, jugar con él, platicar con él, mostrarle sus habilidades, disfrutar sus logros académicos, verle formar una familia, etc; pero, los padres de Juan el Bautista, Zacarías y Elisabet, eran ancianos; y, por alguna razón, el niño se desarrolló en lugares desiertos, apartado de sus padres, mientras era preparado por Dios para la gran obra que tenía que realizar: “preparar el camino del Señor”. Vamos a ver cómo Juan el Bautista se preparó espiritualmente, para desarrollar el propósito de su vida. I. JUAN EL BAUTISTA SE FORMÓ ESPIRITUALMENTE DESDE NIÑO. La niñez de Juan el Bautista fue simplemente extraordinaria y desafiante, comenzando desde sus primeros meses de vida, porque cuando María llegó a visitar a Elisabe