LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DEL CRISTIANO
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” Mateo 5:13-14
Muchas organizaciones cristianas, dicen que, “los evangélicos estamos tan motivados hablando de una vida futura para las personas, que se nos olvida la vida presente”; también expresan que, “por estar hablando de cosas espirituales, le estamos dando la espalda a las necesidades materiales de la sociedad”.
Esos conceptos, están muy de la mano con la expresión famosa de Karl Marx, que fue un filósofo y revolucionario socialista alemán, de origen judío; él fue el propulsor del materialismo dialéctico quien dijo: “La religión es el opio de los pueblos”.
Estas expresiones, ponen a los creyentes en una posición tal, que no son útiles a la sociedad, o como el filósofo español Ortega y Gasset le llama: “el hombre masa”, que sólo vive en la sociedad beneficiándose de sus avances, pero, sin hacer ningún aporte. En estos tiempos, a estos hombres podría llamárseles: “copy paste”, porque no usan sus capacidades para hacer una sociedad mejor alrededor de ellos.
Ante las actuales demandas de la sociedad al cristianismo, para atender sus necesidades; no debemos cometer el error de desatender nuestro compromiso con Dios, por atender las necesidades sociales donde vivimos. Por el contrario, nosotros como cristianos, hemos sido llamados a llenar las necesidades sociales por medio del cumplimiento cabal de nuestra misión de hacer discípulos.
Jesús, en su gran exposición del Sermón del Monte, después de dar las bienaventuranzas, nos define nuestra responsabilidad social, la cual, debemos de cumplir con todas nuestras energías y bajo la dirección del Espíritu Santo.
1. VOSOTROS SOIS LA SAL DE LA TIERRA.
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres” (Mateo 5:13). Conociendo que este mundo tiene como príncipe al diablo; es de suponer, que vivimos en usa sociedad corrupta, donde se han tergiversado los sanos conceptos de familia, sexualidad, responsabilidad, trabajo, tolerancia, respeto, honestidad, etc.
¡El mundo sin Dios, se apresura a una destrucción segura!; es esencialmente malo, podrido, corrupto. Es en estas condiciones, que Dios muestra Su misericordia a este mundo corrupto, por medio de la sola presencia de Sus hijos.
La sal, tiene la virtud de preservar de la corrupción; es por esa razón, que antes se usaba mucho para preservar la carne y eso le daba también un buen sabor, aunque ahora, con la refrigeración, ya casi no se usa en las casas para ese fin; Dios dice que nosotros somos “la sal de la tierra”. No es que lleguemos a ser sal, sino, que ya lo somos; no es por alguna característica personal que llegamos a ser sal, sino, por tener al Espíritu Santo de Dios en nuestros corazones. Dice que, si la sal se desvaneciera, esta tierra ya no sirve más para nada, sino, para ser echada fuera, y eso es cierto.
Cuando el Espíritu Santo de Dios sea quitado, es decir, cuando se dé el arrebatamiento, este mundo ya no servirá más para nada y entrará en un proceso de descomposición que, sin la venida de nuestro Señor Jesucristo, este mundo se destruiría él mismo. Es como si un pez se sacara del agua, ahí comienza su agonía; por eso, nosotros como cristianos, estamos cumpliendo una labor social muy importante en esta sociedad, pues por nosotros se preserva con vida. ¡Ésta, es una gran responsabilidad social!
2. VOSOTROS SOIS LA LUZ DEL MUNDO.
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” (Mateo 5:14). Nosotros antes estábamos en tinieblas, pero, cuando aceptamos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, fuimos trasladados a Su luz admirable (1 Pedro 2:9). Estamos hablando de un verdadero cambio en la vida de una persona; de uno que vivía en tinieblas, a uno que vive en luz. Este mismo concepto, de lo que Dios es capaz de hacer en una persona que viene a Él con fe, aparece en Salmos 113:7-8 “El levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo”.
La palabra muladar significa: el lugar donde se acumula el estiércol; esto nos ayuda a entender la gran transformación social que tiene el Evangelio, pues puede hacer pasar a una persona, de las tinieblas, a la luz; y, del muladar, a sentarse con los príncipes de su pueblo. Está refiriéndose a una persona transformada y con una imagen social nueva. El evangelio cambia a las personas, de tal manera, que las convierte en verdaderos líderes ejemplares de una sociedad. ¡Esto sí es cumplir con una responsabilidad social!, no sólo proveer para las necesidades materiales de la misma, sino, transformar toda su vida, carácter, capacidades y proveyéndole de una verdadera visión de progreso. Esto no es ser “hombres masa”, esto no es ser hombres “copy paste”, ¡somos verdaderos agentes de cambio en esta sociedad!
3. VOSOTROS SOIS EJEMPLOS DE BUENAS OBRAS.
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16). La Palabra de Dios, nos está motivando para que, nosotros hagamos buenas obras que sirvan de ejemplo a los demás. Es decir, que seamos buenos padres, buenos esposos, buenos hijos, buenos amigos, buenos vecinos, buenos alumnos, etc. El mundo verá tu proceder y deseará ser como tú, “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 corintios 9:8).
¡El resultado de hacer buenas obras, será para dar alabanza y gloria a Dios!, porque las personas sabrán que, ese cambio, no proviene de nosotros, sino, de Dios y ellos procurarán tenerlo también en sus vidas.
¡El cristiano es un verdadero agente de cambio!; y el mejor aporte social que podemos ofrecer a la humanidad, es hacer discípulos que prediquen el Evangelio transformador de nuestro Señor Jesucristo.
¿De qué manera estás invirtiendo tu vida para hacer discípulos?
¡A este mundo le urge tener buenos discípulos!, y ¡tú, eres el llamado a formarlos!
Pastor Nelson Reinaldo Pérez
Director Gral. Cinco E Internacional
www.cincoe.org
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