Reflexiones Cinco E

“ Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón” Génesis 6:6 ¿Será posible que Dios pueda arrepentirse?, ¡por supuesto que no!; pero, este versículo dice que Él se arrepintió. ¿Si Dios cambió de planes es porque algo había hecho mal?; pues cuando Dios hizo la creación dice La Biblia que todo lo hizo bueno en gran manera (Génesis 1:31), Dios no hizo nada malo para que se arrepienta de lo que había hecho,  ¡ Dios es Perfecto! Dios ya sabía que el hombre iba a pecar y que sería malo, por eso hizo un plan de salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. ¿Si Dios se arrepiente quiere decir que Dios cambia?, pues La Biblia dice:  “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8) ,  ¡ Dios es inmutable! Si Dios no sabía lo que iba a pasar, ¿quiere decir que la maldad del hombre le tomó por sorpresa?; en el contexto encontramos que Dios hizo a Adán según Su semejanza y que Adán engendró a su hijo Set a su semejanza (Génesis 5:1-3); e

“ Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos” Proverbios 23:26 ¡En este versículo, tenemos dos instrucciones que le darán un rumbo diferente a nuestra vida!, llegaremos al lugar donde Dios quiere que estemos, de acuerdo a Su voluntad; sí, un versículo tan pequeño tiene un contenido muy trascendental para nuestro cristianismo, ¡Dios sabe que nosotros mismos no podemos llevar nuestra vida como a Él le agrada!; así que, Él quiere que le permitamos dirigirla de tal manera, que alcancemos los objetivos máximos. Si comparamos nuestra vida con el vagón de un tren, Dios nos está ofreciendo los dos “rieles” necesarios para que ese “vagón” tenga una ruta divina y con un objetivo definido, para que nuestra vida sea un ejemplo para los demás y para Su honra, alabanza y gloria. ¿Cuáles son esos dos rieles y cómo permanecer en ellos?, de eso se trata esta reflexión. I.  La primera instrucción que Dios nos hace es  “ QUE LE DEMOS NUESTRO CORAZÓN” . “ Dame, hijo mío, tu corazón” (Pro

“ Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser Su santo nombre” Salmo 103:1 ¡El ser agradecidos con Dios es una gran bendición! ; pero, parece que las personas agradecidas se escasean cada vez más, ya que al ser humano le cuesta entender cuán importante es y la misma Biblia nos dice que, en los últimos tiempos las personas serán caracterizadas por ser  ingratos,  es decir, mal agradecidos o desagradecidos;  “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos” (2 Timoteo 3:1-3) . Una de las características de las personas en estos últimos días es no dar gracias a Dios; ¿pero esto qué significa?, que su corazón rechaza el plan de Dios para sus vidas, creen que sus ideas son mejores que las de Dios y, por lo tanto, el hombre ingrato rechaza la voluntad de Dios por completo. Por esta razón, he querido hacer esta reflexión,