TRES EVALUACIONES IMPORTANTES AL FINAL DEL AÑO

 

 “Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón”  

Salmos 26:2 

 

Ante la inminencia de un nuevo año, se escuchan expresiones tales como: “¡A ver cómo nos va este año!”, “¿qué nos traerá este año?”, “¡este próximo año no pinta bien!”, “¡espero que el nuevo año no nos trate tan mal como este!”. 

 

Ciertamente, hay cosas que nosotros no podemos controlar en la vida, pero, la mayoría de cosas que nos sucederán en el próximo año, son el resultado de nuestras propias elecciones. Nosotros decidimos hacia donde orientar nuestra vida y si dejamos que Dios sea quien nos guíe en tomar esas decisiones, no sólo sabremos a donde vamos, sino, que contaremos con Su presencia; Su mano poderosa se manifestará en el tiempo que estamos proyectando.  

 

¡Cuánta necesidad hay de que el ser humano camine con Dios en su vida diaria! Ahora que estamos por finalizar este año, es necesario hacer una evaluación, para ver lo que hemos aprendido de nuestros aciertos y desaciertos los doce meses anteriores; poder hacer una proyección para el próximo año y permitirle al Señor que vaya delante de nosotros y que sea Su mano la que guíe nuestros pasos. 

 

En el texto que escribimos al principio de esta reflexión, David le está pidiendo a Dios que lo escudriñe y que lo pruebe, ¡esa es una excelente petición que podemos hacer a Dios al final de un año!, para ver qué podemos mejorar y para inclinar nuestra vida hacia Él.  

 

En este Salmo, vemos tres áreas donde podemos dejar que Dios evalué nuestras vidas. 

 

A.      La manera en la que Dios escudriñará nuestra vida, es sometiéndonos a pruebas y parece que David lo sabía, cuando le pide a Dios que lo pruebe, “Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón” (Salmos 26:2).  El objetivo de esta evaluación, es conocer cómo está tu comunión con Dios por medio del ejercicio de tu fe, pues lo que Él prueba es tu fe y el propósito final, será hacer de ti un hijo de Dios más perfecto y completo; “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1 Pedro 5:10).  

 

Pedro fue un hombre muy probado, pero, también, muy perfeccionado. Nos dice que después de haber padecido un poco de tiempo, Dios nos perfeccionará, nos afirmará, nos fortalecerá y nos establecerá; esto era lo que realmente estaba buscando David al pedirle a Dios que lo examinara. Dios prueba a todos Sus pastores, líderes, diáconos y a cualquiera que desee servirle en Su obra, porque los quiere perfeccionar. ¡Ahora entendemos por qué la petición de David!, ¡esa es la petición que todos los que deseamos crecer y ser mejores cristianos debemos de hacer!, para llegar a ser perfeccionados y fortalecidos como lo fue David. 

 

B.      Otra área que necesitamos evaluar, tiene que ver con tener una limpia conciencia, Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres” (Hechos 24:16). Así como Pablo, también nosotros debemos de procurar tener una limpia conciencia ante Dios y ante los hombres. Delante de Dios, no podemos esconder nada, Él nos conoce y sabe cómo estamos. Dios quiere que tú camines con Él en santidad, que no le des espacios a la carne, que no tengas pecados favoritos.  

 

¿Cómo está tu comunión con Dios? La cual, se define con tu actitud hacia Su palabra y tu dedicación a la oración. Además de estar sin una situación pendiente delante de Dios, tenemos que estar a cuentas con todos los hombres, lo que significa que tenemos que preguntarnos si hemos ofendido a alguna persona. Por lo general, a los que más ofendemos, son los más cercanos; y si hay alguien a quien no puedes ver a los ojos sin perder tu gozo, Dios quiere que arregles tu comunión con esa persona, ya sea que lo perdones por una ofensa que te hizo o que tú vayas a pedirle perdón, porque una de tus acciones voluntarias o involuntarias han ofendido a esa persona.  

 

¿Hay algo pendiente de resolver? Ve lo más pronto que puedas, para hacer la paz con aquellos que el Espíritu Santo te indique. 

 

C.      Finalmente, el área que necesitas evaluar, es aquella que está generando tu imagen delante de los demás. Un buen testimonio es un gran capital para salvar a las personas por medio del Evangelio.  Tu imagen tiene que ver, no sólo con lo que hagas, sino, con quienes te asocias; “No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan simuladamente. Aborrecí la reunión de los malignos, y con los impíos nunca me senté” (Salmos 26:4-5).  

¿Qué piensan los demás de ti?, ¿qué idea se les viene a la mente cuando escuchan tu nombre?, ¿fama de qué tienes? Si quieres saber cómo te ven los demás, pregúntale a tu esposa (si eres casado), o a tus hermanos, a tus papás, a aquellos que están cercanos; ellos te dirán con sinceridad lo que piensan de ti. Debes estar dispuesto a hacer los cambios en tu vida, para buscar tener un buen testimonio.  

 

Quiero que sepas que la gracia de Dios te abrirá el camino para que alcances tu objetivo, porque Su gracia, hace que seas acepto delante de los demás, es decir, les caerás bien y se te abrirán las puertas delante de ti, pues tu reputación te precede, porque la mano de Dios estará contigo. 

 

Si te preparas en estas tres áreas de tu vida, mejorando tu testimonio, cultivando una limpia conciencia y llegando a ser un mejor cristiano por medio de las pruebas; será de mucha ayuda para hacer del año que pasó, una bendición; y el siguiente, irás de victoria en victoria. 

 

¡Feliz Año! 

Pastor Nelson Reynaldo Pérez

Director Gral. Cinco E Internacional

www.cincoe.org




 


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