VENCIENDO LOS GIGANTES EN MI VIDA

 

Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”  

1 Samuel 17:45 

 

Cuando mis hijos estaban pequeños, vivíamos en una colonia que era asechada por un ladrón que se subía a los techos de las casas, y desde allí, escogía lo que quería robar. Había generado un gran temor al vecindario, de tal manera, que los niños estaban turbados y los papás, preocupados por buscar una solución a ese grave problema que tenía a toda la colonia en angustia. 

 

En una situación muy similar, se encontraba el pueblo de Israel cuando entró en batalla contra los filisteos. El ejército de Israel estaba en un monte y el ejército de los filisteos estaba en otro monte; entre ellos estaba El Valle de ELA que significa: “El Valle de los Gigantes”, y precisamente un filisteo gigante llamado Goliat, descendía al Valle para retar y desafiar al pueblo de Israel, diciendo: “Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis.  Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo” (1 Samuel 17:9-10).  

La Biblia dice que este desafío, lo había hecho Goliat 80 veces (1 Samuel 17:16); al punto, de crear en el pueblo de Israel un desgaste emocional tan fuerte, que estaban turbados, temerosos y huían de su presencia (1 Samuel 17:11,24).  

 

¡Todos en el ejército de Israel veían en Goliat algo imposible de vencer!, nadie quería ni intentarlo, pues veían su estatura, sus músculos, sus armas y la estampa de guerrero; por lo cual, se veían derrotados por ese gigante. Un día, llegó David a visitar a sus tres hermanos para llevarles algo de comer y escuchó las palabras de Goliat, pero, la perspectiva de David fue diferente a los demás, él dijo: “¿Quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?” (1 Samuel 17:26).  

 

¡David minimizó al filisteo y magnificó los ejércitos del Dios viviente! Es importante entender la perspectiva que tú tienes del problema, puedes verlo de una manera humana o puedes verlo de una manera espiritual, en la cual, cuentas con los recursos de Dios para solucionar el problema. 

 

David estaba seguro que podía vencer al gigante Goliat por tres razones: 

 

1.       EL ESPÍRITU DE DIOS ESTABA SOBRE ÉLY Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá” (1 Samuel 16:13).  

Algo que tenía David muy diferente a los cristianos de hoy, es que él hacía que el Espíritu Santo de Dios se manifestara en su vida. El Espíritu Santo no se puede ver, pero sí, sus manifestaciones en nuestra vida. La Biblia dice que, el Espíritu que tenemos no es de cobardía; como los soldados de Israel que se acobardaban delante de Goliat, sino, El Espíritu Santo que Dios ha puesto en nuestro corazón, es de poder, de amor y de dominio propio; por eso, David dejaba que las cualidades del Espíritu de Dios se vieran en su vida, “Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él” (1 Samuel 16:18).  

¡Es imposible que la gente no vea las manifestaciones de Dios cuando una persona anda en el Espíritu Santo! Los que te rodean, saben si andas en el Espíritu Santo, tus amigos, tu familia y tus vecinos; y te respetan por eso que ellos ven en ti. Así que, David tenía toda la confianza en su victoria sobre el gigante “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel” (1 Samuel 17:45-46) 

 

¡Recuerda que David y tú tienen el mismo Espíritu!, y puedes vencer a todos los gigantes que se te presenten en tu vida. 

 

2.       DIOS YA LE HABÍA DADO VICTORIAS IMORTANTES EN SU VIDA PERSONAL (1 Samuel 17:37). David le cuenta a Saúl que, por proteger a sus ovejas, Dios le había dado el poder para matar leones y osos, así que, “…fuese león o fuese oso yo lo mataba” y ¿cómo no le daría poder para vencer a este filisteo incircunciso?; además, Goliat era tan grande, que no podía fallar el tiro. 

 

¡David no confiaba en su puntería, sino, en el poder que Dios le daba para cumplir su tarea! 

 

¿Has tenido victorias importantes en tu vida como cristiano?; ¿qué tipo de pecados venciste cuando te convertiste?, ¿dejaste pecados sexuales?, ¿malas compañías?; a lo mejor eras muy violento y Dios te ha hecho una persona tranquila; a lo mejor eras una persona rencorosa y has aprendido a perdonar; ¿has aprendido a ser generoso?, ¿amoroso?, ¿servicial?, ¿diligente?, ¿dejaste el licor? o ¿venciste temores y fobias?  ¡No sé cómo aplicaste el poder de Dios y Su palabra para haber tenido victorias en tu vida pasada!, pero, ¡déjame decirte que el Dios que te dio esas victorias, es el mismo Dios que está contigo ahora! Él no está debilitado y no importan los gigantes que se presenten en tu vida, tú los puedes vencer porque ya lo has hecho antes, deja que fluya el poder de Dios en tu vida, derriba el gigante que te acosa y que te desafía constantemente. 

 

3.       ERA LA VOLUNTAD DE DIOS VENCER A SU ENEMIGO. La única manera de asegurarse de que el enemigo no se va a volver a levantar, es cortándole la cabeza, es decir, Dios no nos ha mandado a “atontar el pecado”, o solamente derribarlo, sino, “a matarlo”, Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría” (Colosenses 3:5). A veces es necesario ser radicales para vencer y “matar” el pecado en nuestra vida, hay que cortarle la cabeza.  

 

¿Cuáles son los pecados a los que tienes que cortarles la cabeza? 

 

A lo mejor tú te encuentras en “el Valle de Ela” y hay gigantes que están desafiando tu vida, te han generado temor y crees que no puedes vencerlos.  

 

¡Dios quiere hacerte saber que Él ha puesto Su Espíritu Santo en ti, para que alcances la victoria sobre cualquier enemigo que te está haciendo frente!, también te recuerda que Él es el mismo ayer, hoy y siempre; y así como te ayudó a vencer tus debilidades en el pasado, así podrás vencerlos ahora.  No se trata de tener una victoria sobre ellos únicamente, sino, de aniquilarlos, “matarlos”, para que ya no vuelvan a molestarte nunca más. 

Pastor Nelson Reynaldo Pérez

Director Gral. Cinco E Internacional

www.cincoe.org



 

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