CÓMO RESCATAR TU SIGUIENTE GENERACIÓN

“Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel” Jueces 2:10 

 

La generación que salió de Egipto fue una generación incrédula, con un corazón y mente de esclavitud. Dios estaba dispuesto a hacer milagros entre ellos, pero, decidieron mostrar su rebeldía contra Dios y su incredulidad se hizo evidente, por eso, Dios los hizo perecer en el desierto. 

 

Dios levantó a una nueva generación en la que se destacaron Josué y Caleb, que fue una generación de fe; hombres guerreros y comprometidos con Dios. Una generación que Dios usó para conquistar la tierra prometida, “Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel” (Jueces 2: 7). Estas dos generaciones comprenden los libros desde el Éxodo hasta Josué; sin embargo, cuando llegamos al libro de Jueces, iniciamos una nueva generación que se caracterizó por desconocer a Dios y Su obra. 

 

¡La base de los cambios de valores, costumbres y creencias de la nueva generación, está en los propósitos de la generación presente! Las nuevas generaciones, siempre tendrán características diferentes que las anteriores debido a: los cambios que ocurren en el mundo, los avances tecnológicos y los valores que aprenden dentro de sus hogares; por ejemplo, la generación en la que vivió Jesús, Él la describe en Mateo 12:39 como “una generación mala y adúltera” y en Lucas 17:25 dice que es “una generación que lo rechazará”.  También, en Mateo 23:33 la describe como “una generación de víboras”. Pero, a pesar de que era una generación que no lo recibió aun cuando Él venía a salvarlos, Jesús sabía que podía cambiar el rumbo de la nueva generación, levantando hombres y mujeres santos que no sólo lo reconocieran, sino, que le siguieran como discípulos comprometidos con Dios y Su Palabra y que nos hicieran llegar hasta nuestros días una herencia espiritual valiosa. 

 

En lo que respecta a nosotros, no deberíamos de estar lamentándonos por lo que vemos en nuestra generación, sino, disponernos a ser agentes de cambio y preguntarnos: ¿Qué deberíamos de hacer nosotros para rescatar la siguiente generación? En realidad, la respuesta no está escondida, solamente tenemos que hacer lo que Jesús nos ha encomendado en Su Palabra: ¡compartir las buenas nuevas y hacer discípulos!, y esto fue lo que justamente descuidó la generación de Josué. 

 

“…Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel”, de este versículo aprendemos que, esta nueva generación desconocía dos cosas: 

 

A.      “NO CONOCÍAN A JEHOVÁ”. Una de las responsabilidades más importantes de los padres, es transmitir el conocimiento de Dios a sus hijos y esto lo había dejado Moisés muy claro cuando escribió: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Deuteronomio 6:6-9). Con tanto detalle, Dios les dijo que tenían que formar espiritualmente a sus hijos y las siguientes generaciones; sin embargo, la generación de Josué, descuidó esta tarea tan importante y crucial para el futuro de la Nación. Esto sucede cuando estamos tan absorbidos por las demandas del éxito presente, que nos distrae y nos hace olvidar que el futuro, se forja de una forma intencional con las acciones del presente, especialmente con nuestra familia.  

 

En la generación de Josué, los distrajo la gran tarea de la conquista de la tierra prometida; preocupados por obtener la tierra, no hubo transmisión del conocimiento de Dios a la nueva generación, ¡el hacer discípulos, es la primera herramienta que Jesús dejó para transformar y asegurar la siguiente generación! 

 

B.      “NO CONOCÍAN LA OBRA QUE ÉL HABÍA HECHO POR ISRAEL”. Esta es la segunda cosa que la generación de Josué no hizo, enseñar a sus hijos la obra de salvación que Dios había hecho con el pueblo de Israel, sacándolos de Egipto y haciéndoles pasar por el Mar Rojo; habiéndoles dado la libertad de la esclavitud en Egipto. Esto, no es más que un cuadro de la salvación del creyente, así que, ¡nuestros hijos tienen que saber la obra que Él hizo!, que es dar Su vida por nosotros en la cruz, pagar por nuestros pecados y darnos la libertad de la esclavitud a la que estábamos sujetos. 

 

¡Somos herederos de nuestra generación, pero, de nosotros depende la siguiente generación! Haciendo discípulos y compartiendo la obra que Cristo hizo en la cruz, estaremos cumpliendo con nuestra parte, iniciando así, una cadena de formadores de discípulos para llegar a impactar, no sólo a  nuestra familia, sino, también a todos aquellos que hemos formado como discípulos.  

 

¡Si no queremos que nuestra siguiente generación esté entregada a la idolatría y a la satisfacción de la carne, haciendo la voluntad de este mundo; no descuidemos nuestra responsabilidad!

Pastor Nelson Reynaldo Pérez

Director Gral. Cinco E Internacional

www.cincoe.org




 

 

Comentarios

  1. Excelente reflexión , y una buena exortacion para tener cuidado de la vida espiritual de nuestros hijos, nosotros como padres entregaremos a Dios cuentas de nuestros hijos, y creo en la promesa de Dios: instruye al niño en mi camino y cuando crezca no se apartará me mi. Saludos mi Pas Nelson

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