PORQUÉ DEJÉ DE DIEZMAR
“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” 2 Corintios 9:8
Muchos cristianos no conocen o no ejercen la “gracia de dar”,de la cual, habla el versículo anterior. Es evidente que esa gracia, sólo puede venir como resultado de andar en el Espíritu Santo. Como no tienen la guía y el poder de la gracia de Dios, quieren encontrar en el Nuevo Testamento, una instrucción u orden directa para dar los diezmos y las ofrendas, lo cual, negaría la naturaleza del “Nuevo Pacto”, que está basado en el Espíritu y no en la letra.
Lo que pasa, es que muchos se van en la finta del Antiguo Testamento, donde había una instrucción clara en esta área; sin embargo, hoy en día, los cristianos buscan una orden al respecto y no la van a encontrar.
Quiero explicar porqué dejé de diezmar.
Primeramente, “PORQUE NO ESTOY BAJO LOS PRINCIPIOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO”. Podría seguir el ejemplo de Abram que le dio los diezmos de todo a Melquisedec, como lo dice en Génesis 14:18 -20 “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo”.
Esta es la primera mención del diezmo en La Biblia, y si yo voy a seguir el ejemplo de Abram, porque él lo hizo fuera de la ley, entonces tendría que tomar en consideración, no sólo el diezmo, sino, también otras cosas que él hacía, tales como:practicar la circuncisión, hacer altares de piedra y sacrificar animales. Obviamente no lo podemos hacer, aunque también estas prácticas fueron antes de La Ley. Lo que sí nos dice el apóstol Pablo, es que, lo que tenemos que imitar de Abraham es la fe, “Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham” Gálatas 3:6-7.
¿Cuántas veces diezmó Abram? La Biblia no lo dice, y si suponemos que siguió diezmando; entonces ¿a quién le daba el diezmo? Además, él no le dio el diezmo a Melquisedec de todo lo que él tenía, sino, de todo el botín que había ganado en la batalla donde libró a su sobrino Lot. Dios no le ordenó a Abram dar los diezmos, sino, que Abram lo hizo voluntariamente. Tampoco Melquisedec se los pidió; como hacen muchos ahora, que piden dinero y hasta prometen que Dios se los multiplicará; pero, muy por el contrario,Melquisedec bendijo a Abram antes de recibir el diezmo; de tal manera que, como no sigo el ejemplo de Abram en el tema del diezmo, tampoco tomaré los mandamientos de La Ley sobre el diezmo, para aplicarlos en el tiempo de la gracia, ya que estamos en un Nuevo Pacto.
En segundo lugar, “DEJÉ DE DIEZMAR, PORQUE NO ENCUENTRO UNA INSTRUCCIÓN DIRECTA EN EL NUEVO TESTAMENTO”. Lo que veo en el Nuevo Testamento es lo siguiente: en Hechos 4:32-35, se describe cómo los hermanos recién convertidos, con abundante gracia, compartían sus bienes voluntariamente con los que tenían necesidad. En 1ª. Corintios 16:1-4, se dan instrucciones de recoger ofrendas para las necesidades de los pobres que vivían en Jerusalén; en 1ª. Corintios 9:14 y 1ª. Timoteo 5:17-18, nos instruye a sostener a los pastores y líderes de la iglesia. Lo mismo en Gálatas 6:6, cuando dice: “El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye”, y en Filipenses 4:14-18 nos enseña la responsabilidad de sostener a los misioneros. Otra instrucción que tenemos en La Biblia, es para ayudar a las viudas, según 1ª.Timoteo 5:3.
Todos estos temas se tratan, pero, no se encuentra una instrucción clara con respecto al diezmo.
En tercer lugar, “DEJÉ DE DIEZMAR, PORQUE EL DIEZMO NO REPRESENTA MI AMOR A DIOS”. En el tiempo de la gracia, la ley quedó atrás. Cuando leemos en La Biblia “oísteis que fue dicho:…, mas yo os digo…”. Estas frases, dichas por nuestro Señor Jesucristo, dan a entender que ya no debemos de estar esperando de Dios una instrucción para dar el diezmo. Para los que vivimos en Cristo, es decir, ¡para los que vivimos en la gracia, nuestro estándar está mucho más alto que el del Antiguo Testamento!; por esta razón, nuestro Señor Jesucristo dijo: “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20).
¡El diezmo, es mucho menos de lo que nos corresponde darle al Señor en el período de la gracia!, porque ahora, ya no damos un porcentaje, sino, el concepto cambia, ¡nosotros somos de Cristo!, ¡nosotros le pertenecemos a Él!; “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:20). Por lo tanto, ahora debemos hablar de que somos mayordomos de los bienes que Él nos ha dado, no sólo nuestros ingresos, sino, todos nuestros
Como el apóstol Pablo nos enseña: “Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios” (2 Corintios 8:5), ¡debemos de consagrar todos nuestros bienes y nosotros mismos a Dios! y pedir sabiduría a Dios como buenos mayordomos, para administrar lo que a Él le pertenece.
¡Nuestra norma de vida debe de ser la gracia de Dios!, la dirección del Espíritu Santo, que nos da el amor a Dios, y la fe; estos se fortalecen a medida nos volvemos más generosos, “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” 2 Corintios 9:8. En la frase “abundéis para toda buena obra”, se puede ver la voluntad de Dios para nuestra vida; que desarrollemos la gracia de dar con generosidad. Tenemos que aprender que, dando, es como se tiene, y no, acumulando.
Quiero darte algunos consejos para poner en práctica lo que dice La Palabra de Dios y demostrar nuestro amor a Dios:
¡Por estas razones yo dejé de dar el diezmo a Dios!, porque entendí que yo mismo le pertenezco y que solamente soy un mayordomo de Dios!
Y tú ¿todavía sigues con los conceptos que no pertenecen al tiempo de la gracia? ¡Si por la gracia fuiste salvo, por la gracia deberías de vivir!
¿Tan necios sois?, ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? Gálatas 3:3.
Pastor Nelson Reynaldo Pérez
Director Gral. Cinco E Internacional
www.cincoe.org
Comentarios
Publicar un comentario