NO TEMAS, MANTENTE FIRME Y VERÁS LA SALVACIÓN DE DIOS


 "Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis, Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” Éxodo 14:13-14 

 

A veces, vemos los problemas en nuestra vida desde una perspectiva humana.  Al no tener una solución lógica y fácil, nos da mucho temor; entramos en desesperación, entendiendo que no podremos sobreponernos a las circunstancias adversas y vienen a nuestra mente pensamientos fatalistas, porque nos sentimos acorralados y sin salida.  

 

¡Ese es el sentir del cristiano, cuando no está tomando en cuenta los recursos de Dios para solucionar los problemas!, ¡se nos olvida que Dios está con nosotros!“Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1). 

 

¡Para que confiemos en Dios y creamos que Él está cuidando nuestras vidas!, quiero que veamos un ejemplo de cómo a veces Él nos rescata de situaciones que, a nuestro parecer, no tienen solución.  

 

Cuando el pueblo de Israel salía de Egipto, se encontraron en una situación que no había solución humana; lo único que se podía ver era muerte y destrucción. Moisés, como líder del pueblo, tenía que dar una solución, pero, ¡jamás había tenido problemas similares a los que se enfrentaba en ese momento! 

 

Moisés no tenía una idea clara de cómo proceder en este caso; él se encontraba como decimos: “entre la espada y la pared”.  Por un lado, estaba el mar y al otro lado, el ejército de Faraón. El pueblo se había convertido también en otro problema para Moisés: “Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová (Éxodo 14:10). Este versículo nos describe la perspectiva humana al encontrarse ante un problema; ¡alzaron sus ojos!, ¡vieron al ejército egipcio!, ¡tuvieron mucho temor! y ¡clamaron a Jehová!, pero, el clamor que hicieron a Jehová, fue más un grito religioso que un clamor de fe, porque después de clamar, comenzaron a reclamar a Moisés.  

 

Su clamor fue como cuando alguien se asusta y dice: “Las tres divinas personas me acompañen” o “Ave María purísima”; las cuales, son frases religiosas que denotan una expresión de miedo; pero, no son un verdadero clamor de fe genuina a Dios. Por eso, el pueblo inició inmediatamente los reclamos a Moisés: “¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?”, “¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto”.  

 

¡La situación de Moisés era muy difícil!; ¡Faraón, el mar y el pueblo contra él! 

 

Sin embargo, Moisés estaba seguro de haber llevado al pueblo a ese lugar, porque Dios tenía un propósito, (Éxodo 14:1-4), así que, Moisés poniendo en funcionamiento su fe, comienza a decir al pueblo: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos (Éxodo 14:13-14). Estas frases son ciertas y a lo mejor, Dios estaba asintiendo a Moisés: “¡muy bien Moisés!, “¡vas muy bien, así me gusta!”, “¡síguele!”; pero, de repente, Moisés ya no tiene más recursos y comienza a hacer algo que, en el texto no se dice, y es que Moisés está hablando al pueblo, pero, a la vez, está preocupado porque no sabe qué hacer; entonces, mientras está hablando, está orando y pidiendo auxilio a Dios: “Señor ¿qué hago?”, “Señor, te pido que tengas misericordia de mí y haz algo”.  ¡La fe de Moisés llegó a su límite!, por eso, sin que el pueblo escuche, Dios le habla para darle instrucciones de qué hacer en ese momento, “Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen” (Éxodo 14:15), así que, todo cambió, ¡llegó la Palabra de Dios que le dio la solución al problema que angustiaba a Moisés!; él comenzó a ver que, el ángel de Dios y la columna de nube, se quitaron de adelante y se fueron hacia atrás para estar entre el pueblo de Israel y el ejército de Faraón. Luego, Dios le dice a Moisés que levante su vara; el mar se partió en dos y se formó un camino en medio del mar para que pasara el pueblo de Israel. La nube, era oscuridad para los egipcios, y luz para los israelitas.  

 

Cuando los egipcios iban por la mitad del camino, Dios quitó las ruedas de sus carros y ellos optaron por volver, porque reconocieron que Jehová estaba peleando por el pueblo de Israel; decidieron regresar y se encontraron con el mar, de esa manera, fueron destruidos juntamente con Faraón.  

 

¡Así libró Dios al pueblo de Israel de una forma milagrosa! 

 

De esta historia, aprendemos que, ¡Dios hace caminos donde no hay!; cuando estés en una situación difícil, que no encuentres una salida, echa mano de tu fe y clama a Dios con confianza, porque Él hará un camino para ti, te librará de tu problema y paz y gozo vendrá a tu corazón.  

 

¡Anímate a resolver tus problemas con los recursos de Dios que encontramos en Su Palabra! Estarás en la posibilidad de ver el gran poder de Dios actuando en tu vida y cambiando las circunstancias a tu favor. 

 

“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10. 

Pastor Nelson Reynaldo Pérez

Director Gral. Cinco E Internacional

www.cincoe.org





 


 

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