COMPARTIR NUESTRA VIDA CON PERSONAS ES LA MEJOR INVERSIÓN
“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna” Gálatas 6:8
La palabra sembrar del versículo de hoy, está escrita en sentido figurado, es decir, no se refiere a una semilla física, sino, a cómo estás usando el tiempo de tu vida o en qué estas invirtiendo tu vida.
Cuando las personas no tienen a Cristo en su corazón, sus vidas están orientadas al placer personal y a lo que cada uno le parece bueno hacer; sin embargo, cuando Dios llega a nuestra vida, todas nuestras perspectivas cambian para acoplarnos al plan que Dios tiene para nosotros. Por ejemplo, mi plan de vida cuando no tenía a Cristo era: tener una profesión, trabajar, casarme, tener 5 hijos y viajar mucho; pero, cuando conocí a Cristo como Salvador personal, Él me transformó a mí y a mi proyecto de vida; comencé a hacer Su voluntad y aunque no en forma audible, Dios me dijo: “Te vas a preparar, pero no en lo que tú habías pensado, vas a estudiar teología, no vas a trabajar, vas a invertir tu vida en personas para la eternidad, Yo te voy a escoger la persona con la que te vas a casar, vas a tener sólo dos hermosos hijos y finalmente vas a viajar, pero, no por placer, sino, para predicar Mi Palabra”.
¡Con estos arreglos que Dios hizo a mi vida he sido muy feliz! y yo quiero preguntarte ¿cuál es tu plan de vida?, ¿has permitido que Dios haga Su plan en ti o estás haciendo tu propio plan?
¡Sembrar para El Espíritu será siempre lo mejor!
I. ¿QUÉ ES LA VIDA? El diccionario Larousse define la vida, como el espacio de tiempo entre el nacimiento y la muerte. ¿Han escuchado alguna vez la expresión “él tiene toda una vida por delante”?; pues la verdad es que la vida no es tan larga como parece, claro que, si la comparamos con una “Efímera”, la cual, tiene un tiempo de vida de un día o menos, nuestra vida parecería extremadamente larga; pero, si la comparamos con “la Medusa Inmortal”, nuestra vida es la que parecería efímera.
Santiago se hace la pregunta ¿qué es la vida? y luego responde diciendo: “…Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14). El rey David le pide a Dios que le ayude a aceptar la brevedad de la vida “Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy (Salmo 39:4). Tal parece que, estar consciente de lo efímera que es nuestra vida, es una gran ventaja, ya que, si reconocemos que nuestros días en la tierra son nada e insignificantes, le daremos más importancia, porque la manera en que vivimos el poco tiempo en la tierra, determinará cómo viviremos toda la eternidad que nos espera; ¡vivir el presente pensando en la eternidad, es de sabios!
II. ¿EN QUÉ DEBERÍAMOS DE INVERTIR NUESTRA VIDA? Las opciones que se nos presentan para invertir nuestra vida son muchas; algunas personas invierten su tiempo en el vaivén de la vida, como piedras rodantes, es decir, “en lo que vaya saliendo”, sin tener objetivos claros. Otros, definen muy bien lo que quieren y trazan sus objetivos en el área intelectual y/o material, sin tomar en cuenta el área espiritual. Como un ejemplo, veamos a Moisés, él era hijo de la hija de faraón y había sido formado con lo mejor de las enseñanzas egipcias; de seguro, tenía un futuro muy fructífero, pero dice La Biblia: “ Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón” (Hebreos 11:24-26). “Tenía la mirada puesta en el galardón” significa que Moisés estaba pensando en la vida eterna y su plan de vida fue cambiado por completo. ¡Moisés invirtió su vida en personas!, lo mismo hicieron Pablo, Pedro, Juan y el mismo Señor Jesucristo; así que ya tenemos estos tremendos ejemplos para que sigamos sus pisadas.
III. ¿EN QUÉ PERSONAS DEBERÍA DE INVERTIR MI VIDA? Quiero recomendarte que inviertas tu vida en tres tipos de personas, para que obtengas una plena satisfacción en la corta vida que tenemos.
- INVIERTE TU VIDA EN LA PERSONA DE DIOS. El primer y gran mandamiento es: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37). La única forma de amar a Dios, es conociendo Sus pensamientos, Sus planes, Sus deseos y buscándolo diariamente. Invertir tiempo, en conocer más a Dios, es algo que te traerá grandes beneficios para la vida eterna; estamos hablando de invertir tiempo del día para platicar con Él, para estudiar La Palabra de Dios de manera personal o inscribirte en un programa de estudio bíblico, leer libros cristianos centrados en La Palabra, investigar temas que te interesen en La Palabra de Dios, etc.
- INVIERTE TU VIDA EN TU FAMILIA. Muchos de nosotros fuimos formados no de una manera intencional por parte de nuestros padres, los cuales, en el mejor de los casos, sólo se preocupaban por nuestra formación académica, pero, no en ofrecernos una formación espiritual; no nos enseñaron el hábito de orar para que la voluntad de Dios se hiciera en nuestras vidas. Pero, nosotros somos los llamados por Dios para romper esos esquemas y encaminar a nuestra familia por los caminos de Dios, esto traerá grandes beneficios acá en la tierra y para la eternidad.
Esta es la mejor forma de evitar que nuestros hijos se vuelvan delincuentes y anden metidos en drogas. Por el contrario, serán verdaderos factores de cambio en la sociedad en la que se desenvuelven. Si tú eres un joven, puedes invertir tu tiempo en la vida de tus padres y hermanos.
- INVIERTE TU VIDA EN TUS DISCÍPULOS. Mientras otros invierten su vida en reuniones sociales donde reinan los malos hábitos y las malas compañías, tú puedes escoger dedicar tiempo de tu vida para ayudarle a otro a conocer La Palabra de Dios, enseñarle a orar, a vencer el pecado en su vida, a hacer la voluntad de Dios, a ser un fiel seguidor de Jesús, a dedicar tiempo para interceder por los demás.
¡Para hacer discípulos tienes que estar con ellos, para que vean en ti cómo modelas la vida cristiana!
¡Sólo tenemos una vida y ésta pronto pasará!; si no somos sabios en administrarla, lo lamentaremos en la eternidad.
Excelente reflexión, gracias por ser instrumento de inspiración para otros. Efectivamente Dios nos llama a pensar más que en planes temporales, en planes que tengan un efecto en el ámbito espiritual y eterno. 💗
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