LA SUMISIÓN ES UNA GRAN VIRTUD QUE TRAE BENDICIÓN

 

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” Romanos 13:1 

 

El Salmo 24 establece la soberanía de Dios diciendo: “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan”así que Dios, desde Su perspectiva soberana, está llevando este mundo hacia el lugar y condiciones exactas para cumplir Sus propósitos.  

 

Los seres humanos que habitan este mundo, de manera individual, no obedecen a Dios; pero, de manera colectiva son muy obedientes a Sus planes. Todo el ambiente mundial que Dios anunció de antemano mediante las profecías, poco a poco se va acoplando como si tuviera una voluntad colectiva; es decir, que este mundo no va a mejorar; las organizaciones que defienden el medio ambiente no van a alcanzar sus propósitos, porque esta tierra se está destruyendo, así que, las instituciones que Dios en Su soberana voluntad estableció en la tierra: La Familia, El Estado y La Iglesia, también están acercándose a ese punto. 

 

Dios estableció estas instituciones para el bienestar de la humanidad y como parte de Su naturaleza, Dios le dio un orden o estructura a cada una de ellas; así es como funcionarían a la perfección, alcanzando plenamente Sus objetivos. La base de su funcionamiento es la sumisión, sin embargo, esta característica no es parte de la naturaleza caída del hombre, por lo tanto, es acá donde se dan los grandes conflictos dentro de estas instituciones, y el hombre tiende a desordenar el orden divino. Vivimos en una sociedad donde se estimula el individualismo, el irrespeto a la autoridad por estar buscando una falsa libertad. No se quiere ceder el control a las autoridades, ni mucho menos, rendir cuentas; promoviendo consciente o inconscientemente el descalabro de las instituciones que Dios ha establecido, causando grandes y desastrosas consecuencias a la humanidad, y todo, porque en sus corazones detestan la sumisión que Dios demanda para el bienestar de la humanidad. 

 

A.      DIOS QUIERE DIRIGIR LAS INSTITUCIONES POR MEDIO DE LA SUMISIÓN DE SUS LÍDERES. “Someteos unos a otros en el temor de Dios” (Efesios 5:21). La palabra sumisión se traduce de la palabra griega “hupotasso”; hupo significa debajo y tasso significa organizar, también se traduce como sujeto o sujeción. Según esta traducción, el significado sería: poner debajo, estar sujeto, o estar bajo la obediencia de. El hombre sumiso por excelencia es Moisés, dice La Biblia: “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra” Números 12:3; esta gran cualidad que Dios destaca, es la clave para que una institución funcione y sea de gran bendición; proviene de fe, pues dice el libro de Hebreos 11:27 “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” Esa es la clave, ser sumiso, como viendo “Al Invisible”, porque detrás de toda autoridad está “El Invisible”, pero, esa capacidad es la que no se tiene, por eso hay rebeldía contra las autoridades que Dios ha establecido.  

 

Si queremos que las instituciones funcionen, aprendamos del ejemplo de Moisés, que se sometía como viendo “Al Invisible”, no dependiendo de sus análisis personales o siguiendo las conclusiones de otros, sino, teniendo la mirada en “El Invisible”, en “El Rey de reyes”, en “El Todopoderoso”, en “El gran Yo Soy”,  en “El Alfa y la Omega”; pero si tú no te sometes a Dios, estas distorsionando Su propósito y causando daño a los que están bajo tu liderazgo, porque ya no es Dios dirigiendo a través de ti, sino, tú haciendo tu propia voluntad según tus criterios personales y por eso, muchas autoridades han abusado de su liderazgo.  

 

En el caso de la familia, los hombres han sido machistas, abusivos y dominantes; y como consecuencia, las mujeres se han levantado en contra de eso. En este contexto, la sumisión se ha malinterpretado, es sinónimo de debilidad, humillación, inferioridad, opresión, despojo de la personalidad, baja autoestima, etc.  

 

B.      LOS QUE NO SE SOMETEN A LA AUTORIDAD, ESTÁN EN CONTRA DE DIOS.  “De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”(Romanos 13:2). La mejor manera de destruir los buenos propósitos que Dios tiene con las instituciones, es no someterse a la autoridad que Dios en Su soberanía nos ha establecido, creo que es bueno preguntarnos ¿cuál es mi actitud hacia la autoridad que Dios me ha dado?, ¿soy un destructor de los propósitos de Dios? Muchos cristianos piensan que la autoridad que está sobre ellos, tiene que ser digna de su sumisión para obedecerla, “si estoy de acuerdo me someto”, “si no estoy de acuerdo, no”. Estos cristianos que están alejados de Dios, entusiasmados por sus criterios personales, olvidan que La Biblia dice: “Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.  Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios (1 Pedro 2:17-20).  

 

Hay cristianos que no sólo se apartan del esquema bíblico de estar bajo sumisión, sino, que van más allá en su perdición y se disponen a hablar mal de las autoridades que Dios les ha dado, olvidando totalmente la instrucción bíblica que Pablo le dio a Tito: “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.  Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros” Tito 3:1-3.  

 

No hables mal de las autoridades que Dios te ha puesto, no hables mal de tus padres, no hables mal de tus maestros, no hables mal de las autoridades del gobierno, no hables mal de tu jefe, no hables mal de tu esposo; el mundo dice: “calladita te ves más bonita”, pero La Biblia dice: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa (1 Pedro 3:1-2); no sean respondonas, sino, respetuosas, ni digan nada en contra de ellos, porque esto no agrada a Dios; aunque tu esposo sea un ogro, puedes tener grandes resultados sin palabras. 

 

C.      LAS CONSECUENCIAS PARA LOS QUE NO SE SOMETEN A LAS AUTORIDADES.  “…y los que resisten (a la autoridad), acarrean condenación para sí mismos” (Romanos 13:2b). La desobediencia o rebeldía a Dios y a la autoridad que Él ha puesto, es una forma de esclavitud. Al desafiar la autoridad de Dios, estamos permitiendo que el enemigo nos encadene, las consecuencias se podrán ver tarde o temprano en tu salud y en tu mente; terminarás con un corazón amargado y un espíritu abatido; la paz se irá de ti y muchas maldiciones vendrán a tu vida porque acarrearás condenación para ti mismo. Serás un justiciero social amargado y estarás lejos de ser usado por Dios en Su ministerio; la desobediencia a la autoridad es un resultado directo de tu soberbia y como consecuencia, Dios te resistirá y apartará Su gracia de tu vida “Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6). ¡Recuerda que Satanás es el único que cultiva la desobediencia a Dios en el corazón de las personas! 

 

Como cristianos maduros y espirituales debemos elegir someternos humildemente a las autoridades como viendo “Al Invisible” detrás de ellas; ora por tu esposo, por tus padres, por tus pastores y por las autoridades del Gobierno, ora por ti mismo para que no desafíes a Dios y que Su gracia siempre sea la que te guíe y te aleje de aquellos que tienen el corazón lleno de amargura contra las autoridades que Dios, en Su soberanía, les ha dado. 

Pastor Nelson Reynaldo Pérez

Director Gral.  Cinco E Internacional

www.cincoe.org






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