¿CÓMO GLORIFICAR A DIOS CON TU MATRIMONIO?
“Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” Marcos 10:9
Dios me dio el privilegio de ir a dar unas conferencias a las islas de los “Guna Yala”, que es un archipiélago en el norte de Panamá. Estuve toda una semana enseñando a los indígenas en una de las islas; ellos me habían hospedado en una casa y una señora me llevaba la comida todos los días, pero, como ella no hablaba español, no teníamos comunicación y estuve comiendo sus platos muy sabrosos; sin embargo, ¡nunca supe lo que me daba de comer!
¡De la misma manera, hay personas que están casadas y disfrutan de su matrimonio!, ¡pero no saben lo que es el matrimonio!
En esta reflexión explicaré lo que es un matrimonio bíblico.
A. EL MATRIMONIO NO ES LO QUE A VECES CREEMOS. “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24). Normalmente, se cree que existe un matrimonio después de haber efectuado el acto civil por medio de un abogado; esto es debido a la instrucción bíblica que dice: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las qué hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13:1). Aunque es bueno casarse a lo civil para estar bien ante la ley, sometiéndonos a las autoridades; esto no forma a un matrimonio, ya que, en el caso de Adán y Eva, no había un Estado que efectuara ese matrimonio y obviamente, nadie dudaría que ese matrimonio no era válido delante de Dios.
Algunos piensan que el matrimonio válido delante de Dios, es cuando se realiza el acto religioso; pero, volvemos a hacer la comparación con el primer matrimonio que Dios formó; no había iglesia que los pudiera casar y aun así, era un matrimonio aceptable a Dios. Otros, dicen que el matrimonio se reconoce como tal, cuando la pareja tiene el acto sexual; sin embargo, el sexo es un privilegio y un deber dentro del matrimonio y no lo constituye. De hecho, José no “conoció” sexualmente a María y ya era un matrimonio aceptable delante de Dios, “Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS” (Mateo 1:25).
Entonces, si el matrimonio no es un acto civil, no es un acto religioso y no es el acto sexual, ¿cómo definiríamos el matrimonio que es aceptable a Dios? La Real Academia Española define el matrimonio de la siguiente manera: es la unión de hombre y mujer, concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.
B. EL MATRIMONIO ES UN PACTO, NO UN ACTO. “La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto de su Dios” (Proverbios 2:17); “Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto” (Malaquías 2:14). En estos pasajes, podemos ver cómo Dios se refiere al matrimonio como a un pacto, y este pacto no es entre los esposos, sino, un pacto con Dios. Nuestro compromiso matrimonial es con Dios; los cónyuges sólo son los beneficiarios de ese pacto, de manera que el matrimonio que Dios aprueba es el que tiene ese compromiso con Dios.
Es un compromiso el hacer que el matrimonio cumpla con los objetivos que Dios le ha trazado, para lo cual, se requiere la fidelidad de cada uno al pacto de su Dios. Nuestro Señor Jesucristo asistió a una boda en Caná de Galilea (Juan 2:1-2), donde nos enseña que este pacto es de carácter público.
También, cuando leemos: “Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Marcos 10:9), entendemos que este pacto es de carácter permanente; aunque hay que aclarar que la frase muy conocida que dice: “Hasta que la muerte los separe” no aparece en La Biblia y a veces la usamos y le damos validez como si fuera Palabra de Dios. ¡El matrimonio es una unión que involucra el espíritu, el alma y el cuerpo de los cónyuges; llegando a ser una sola carne!
Si mi pacto con Dios consiste en cumplir con los objetivos del matrimonio, entonces, ¿cuáles son los objetivos del matrimonio?
Los objetivos del matrimonio son:
- QUE LOS CÓNYUGES TENGAN UNA UNIDAD TOTAL. “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24) Esta implicación, va mucho más allá del aspecto físico; la unidad ha de producirse en todos los aspectos de nuestras vidas. Dios quiere comunicar esto de una manera tan clara, que crea a la mujer precisamente del mismo cuerpo de Adán; para que tengan armonía y una hermosa amistad.
- QUE PUEDAN PROCREAR. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos…” (Génesis 1:28).
- PERPETUAR EL CONOCIMIENTO DE DIOS. “Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él” (Génesis 18:19). “¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud” (Malaquías 2:15). Los matrimonios son los responsables de formar espiritualmente a sus hijos conforme la Palabra de Dios.
- REPRESENTAR EL FUTURO MATRIMONIO ENTRE CRISTO Y LA IGLESIA “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia” (Efesios 5:31-32). Tenemos esta gran responsabilidad como esposos y, por esta razón, Satanás quiere que nuestros matrimonios fracasen, que estén en discusiones, pleitos, gritos, golpes y ofensas, porque de esta manera, él se burla del futuro matrimonio de Dios con la iglesia.
¡Si tu matrimonio no está cumpliendo con los objetivos del pacto, entonces tu matrimonio no tiene sentido!, es sólo una asociación humana que te ayuda a no sentirte sólo, pero no sirve para darle honra y gloria a Dios.
¡Si eres un verdadero hijo de Dios, debes ordenar tu vida matrimonial para glorificar a Dios con tu matrimonio!
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