¡EVITA LAS PALABRAS VIOLENTAS CONTRA DIOS!
“Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti?” Malaquías 3:13
He estado trabajando en la capacitación de pastores y líderes en los altos de Chiapas; el Evangelio ha crecido mucho en esa zona y muchos han sido perseguidos, al punto que han dado sus vidas por Cristo, otros han sido desplazados y expulsados de sus comunidades por el hecho de creer en Cristo. Estas familias se fueron uniendo poco a poco, formaron ciudades y estaban orgullosos que allí solamente vivían cristianos fieles a Dios. Sin embargo, al pasar el tiempo se ha levantado una nueva generación que ha perdido su amor a Dios; poco a poco, el enemigo ha ido introduciéndose entre las familias, sus hijos están cayendo en vicios y ya no aprecian lo que sus padres hicieron por Dios.
Eso mismo es lo que sucedió con el pueblo de Israel, en el tiempo que sus padres regresaron del exilio de 70 años en Babilonia. Cuando Ciro, rey de Persia, en el año 538 a. C. promulgó un decreto mediante el cual, permitía que los israelitas volvieran a Jerusalén y reedificaran el templo; en el año 516 a. C. Zorobabel concluyó la reedificación del templo. En el año 445 a. C., el Rey persa Artajerjes permitió que Nehemías volviera a Jerusalén y reedificara sus muros; cuando el pueblo de Israel se establece en Jerusalén, se volvió indiferente y no cuidó su relación con Dios; es acá donde Dios les habla por medio del profeta Malaquías.
Los pensamientos del pueblo eran violentos contra Dios. “Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti” (Malaquías 3:13). ¡Dios se declara ofendido con los pensamientos y palabras del pueblo de Israel!, ¡esto es muy bueno!, porque les da la oportunidad de defenderse. Sucede a veces que cuando pecamos, ni nos damos cuenta del error que estamos cometiendo, hasta que Dios nos confronta con el pecado. Acá podemos ver que el pueblo confronta a Dios y le dice: “¿Que hemos hablado contra ti?; no solamente ponen la Palabra de Dios en duda, sino que se hacen los inocentes. Ante su desacuerdo con Dios, Él se dispone a darles una explicación muy detallada de lo que ellos tienen en su corazón, y a la vez, Dios nos da a conocer lo que para Él son palabras o pensamientos violentos.
a) CUANDO UNA PERSONA MENOSPRECIA EL SERVICIO A DIOS, ÉL LO CONSIDERA VIOLENTO Y OFENSIVO. “Habéis dicho: Por demás es servir a Dios…” (Malaquías 3:14); cuando se dice “servir a Dios” en aquellos tiempos, La Biblia se refiere a todas las actividades que el pueblo de Israel hacía para buscar el perdón de pecados del pueblo por medio del sacrificio de animales, representando la venida de nuestro Señor Jesucristo, es decir que, ¡todo aquel que menosprecia y rehúsa compartir el Evangelio, es violento delante de Dios!
¿Cuál es tu actitud hacia la responsabilidad de compartir el Evangelio?
b) CUANDO MENOSPRECIAMOS LA PALABRA DE DIOS EN NUESTRO CORAZÓN, ES VIOLENCIA CONTRA DIOS; “…¿Qué aprovecha que guardemos su ley…” (Malaquías 3:14). Cuando rehusamos obedecer la Palabra de Dios, realmente lo estamos ofendiendo y hacemos uso de violencia. ¡No es necesario que tú digas que no es bueno obedecer la Palabra de Dios, con sólo que no La obedezcas, lo estás manifestando y ofendes abiertamente a Dios!
¿Cuál es tu actitud hacia la Palabra de Dios?, ¿la buscas para obedecerla?
c) PARA DIOS, LAS PERSONAS QUE DECIDEN NO VIVIR EN SANTIDAD, SIGNIFICA VIOLENCIA CONTRA ÉL. “…y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos” (Malaquías 3:14). Si para ti el vivir santamente es una opción y no el camino a seguir, entonces tu pensamiento es violento contra Dios. ¡Todo aquel que decide permanecer en el pecado, está diciendo con su vida que: “vivir en santidad, no tiene ninguna ventaja y que no vale la pena hacerlo”!
¿Crees que vivir en santidad es en vano?, ¿conoces las áreas donde te gustaría ser santo?
d) Las personas que hacen las tres cosas anteriores tienen una filosofía de vida carnal. “Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon” Malaquías 3:15. Aunque suene absurdo, la verdad es que nadie dirá públicamente que ser soberbio es bueno, pero si practicas la soberbia, lo estás confirmando. Además, si rechazas andar en santidad, es porque consideras que se puede practicar el pecado y no pasa nada; es más, puedes prosperar y burlar a Dios en tu vida, y Él no hará nada.
¿Te consideras una persona carnal o una persona espiritual?, ¿te conduces con temor de Dios o te conduces complaciendo tus deseos carnales?
¡Gracias a Dios que siempre hay personas que Le aman y que buscan hacer Su voluntad!; Malaquías nos explica que había un grupo que temía a Dios, le servía y pensaban en Su nombre, “Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve” (Malaquías 3:16-18).
A este grupo que sigue a Dios de corazón, Dios “les escucha sus oraciones”, los considera “especial tesoro”, “serán perdonados” y les llama: “justos”.
¡No nos engañemos, Dios siempre recompensa a los que le son fieles! y ¡siempre dará su merecido a los que viven agradando los deseos de la carne!
¡Dios siempre tiene un grupo que hace Su voluntad! Considerando la decadencia espiritual en la que vivimos en este mundo, ¿a cuál de los dos grupos crees que perteneces?, ¿a los que desprecian a Dios viviendo una vida carnal o a los que le temen y piensan en Su nombre?
¡Te animo a que seas un cristiano que busca hacer la voluntad de Dios! y que seas merecedor de las recompensas que Él tiene para ti.
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