LA ALTIVEZ DE ESPÍRITU ES REPROBADA POR DIOS


 

“Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado” Proverbios 21:4

 

En un partido de fútbol se dio una jugada peligrosa y el árbitro decidió que era un penalti; un jugador, que era refuerzo del equipo, fue el designado para hacer el tiro, pero lo falló. Unos minutos después se dio otro penalti y el mismo jugador dijo: “yo lo tiro”, pero volvió a fallar. En el segundo tiempo, se dio otro penalti y nuevamente dijo: “yo lo tiro”, pero nuevamente, volvió a fallar; casi para terminar el partido, otro penalti y cuando el mismo jugador dijo que él haría el tiro, el entrenador decidió que lo hiciera otro, entonces el jugador le gritó al entrenador: “¿qué no quiere ganar entonces?” 

¡La soberbia de este jugador no le permitía ver su error!

 

¡El hombre soberbio es el que se ama excesivamente!; se sobrevalora, luego se compara, se cree más que los demás, se acostumbra a despreciar a los que tiene a su alrededor, les asigna defectos e ignora sus virtudes; de esta manera, descalifica e insulta la inteligencia de los demás.

 

Una persona soberbia practica la auto idolatría, debido al exceso de amor que se tiene así mismo; esto es lo que le hace creer que los demás tienen que respetarlo y apreciarlo.

 

Veamos lo que dice la Palabra de Dios con respecto a los soberbios; pero antes, veamos cómo inicia este pecado en la vida de una persona.

 

I. DÓNDE INICIA LA SOBERBIA EN NUESTRA VIDA. Es necesario entender que todos hemos recibido una herencia espiritual de nuestros padres; pero, no por eso estamos condenados a repetir esos patrones pecaminosos en nuestra vida. La Biblia nos dice de donde salen los malos pensamientos: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez” Marcos 7:21-22

 

Una buena pregunta que nos podemos hacer es: ¿cuándo es que inicia el pecado de soberbia y cualquier otro pecado en nuestra vida?

 

Existen tres áreas en el ser humano que forman parte del proceso de decisiones en nuestra vida: 

  1.  Lo que el hombre cree que es su corazón (al cual se refiere el texto anterior) o sus creencias, que tienen su asiento en el Espíritu o en la carne.

  2. Los pensamientos, los cuales salen del corazón, es decir de la carne o del Espíritu. 

  3. La consecuencia natural, que son los hechos o lo que hacemos; La Biblia lo describe como “nuestro andar”. 

Tomando en cuenta estas áreas, el pecado inicia cuando de nuestro corazón pecaminoso o de nuestra carne, obtenemos los pensamientos; así que, el pecado del hombre no sucede cuando actuamos, sino, cuando le damos espacio en nuestra mente al pecado; por ejemplo: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:27-28). También en el Antiguo Testamento leemos: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”; nuevamente menciona los pensamientos, porque todo ser humano tiene una naturaleza pecaminosa o concupiscencia, pero, los cristianos podemos andar en el Espíritu Santo y conducirnos en santidad, a pesar de tener una naturaleza pecaminosa; por eso, Pablo nos instruye: “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu” (Romanos 8:5). Observa que, otra vez aparece la palabra “piensan”, así que, la soberbia inicia cuando adoptamos el pensamiento de soberbia en nuestra mente, aunque éste no llegue a consumarse en un hecho. 

 

El hombre espiritual tiene tendencias pecaminosas que no llega a concretar en sus pensamientos, porque La Biblia dice que el Espíritu Santo hace morir las obras de la carne “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis” (Romanos 8:13). De manera que, debemos tener cuidado que nuestros pensamientos provengan del Espíritu (mansedumbre) y no de la carne (soberbia).

 

II. EL HOMBRE ORGULLOSO ES ABORRECIDO POR DIOS. “El temor del SEÑOR es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, yo aborrezco” (Proverbios 8:13). Dios resiste a los soberbios, “Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES” (Santiago 4:6). 

 

Veamos dos ejemplos de personas orgullosas en la Palabra de Dios. El primero es Satanás, dice La Biblia: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor…” Ezequiel 28:17; el segundo es Nabucodonosor, “habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?  Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti” (Daniel 4:30-32). ¡A ninguna de estas personas les fue bien!

 

Si estas personas fueron aborrecidas por Dios, entonces ¿qué va a suceder con los soberbios? Así como Satanás cree que va a vencer a Dios, así el soberbio cree que le va a ir bien en todo; el pensamiento del soberbio es el siguiente: “Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon” (Malaquías 3:15); lo que ignoran voluntariamente es lo que Dios ha declarado en Su Palabra contra ellos: 

  • Serán humillados, “Jehová exalta a los humildes, Y humilla a los impíos hasta la tierra” (Salmos 147:6). Dios los humillará hasta la tierra o sea debajo de los zapatos.

  • Les vendrá deshonra, “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría (Proverbios 11:2).

  • Dios los quebrantará, “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu” (Proverbios16:18).

  • Jehová arrancará a su familia, “Jehová asolará la casa de los soberbios; Pero afirmará la heredad de la viuda” (Proverbios 15:25); de tal manera que, ninguno de ellos escapará.

 

III. ¿CÓMO SANAR LA SOBERBIA? Como todo pecado, ¡sí hay esperanza para el soberbio!, si ya sabemos dónde inicia el pecado de la soberbia, entonces ya podríamos vencerlo en nuestra vida. Primeramente pide perdón a Dios por tu corazón soberbio y en segundo lugar, cuando tu naturaleza soberbia te envía los pensamientos a tu mente, allí es donde debemos de llevar a cabo el consejo que nos da el apóstol Pablo, "derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5); así que, por medio de La Palabra de Dios, se puede eliminar los pensamientos altivos que defienden y enaltecen tu persona. Si cambias las creencias cambias tus pensamientos, o sea que, podrías cultivar en tu corazón el siguiente pasaje “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 Pedro 5:6)

 

¡Practica la humildad sometiéndote a La Palabra de Dios! “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:29). 

 

¡Jesús nos dejó un gran ejemplo de humildad, porque hizo a un lado Su voluntad e hizo la voluntad del Padre! De esta manera, tendrás una gran victoria en tu vida venciendo la soberbia desde dentro de tu corazón. Así como lo hizo el rey Ezequías, que después de haberse enaltecido su corazón, se humilló él y los moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová. Dios jamás rechazará a un soberbio que quiera humillarse delante de Él. La receta para un soberbio que quiere abandonar ese pecado es una humillación después de cada comida y una antes de acostarse; de esta manera harás morir la soberbia que hay en tu corazón.

 

Según La Palabra de Dios, el éxito, la belleza, la autoridad y las riquezas pueden traer soberbia al corazón, no es que estas cosas sean malas, pero te pueden afectar si no dejas que El Señor guíe tu vida. 

 

¡Muchos pensarán: “le enviaré esta reflexión a mi amigo que lo necesita”!, pero Dios te está hablando a ti, analiza tu vida para ver si hay rasgos de soberbia, y si lo hay, pídele a Dios que te ayude para vencer este difícil pecado en tu vida.


Pastor Nelson Reynaldo Pérez

Director Gral. Cinco E Internacional

www.cincoe.org







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