LÍNEA DEL TIEMPO DE LA FE DE ABRAHAM

  

 

Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” Génesis 15:6 

 

Abraham es conocido como “El Padre de la Fe”, aunque La Biblia no lo dice así, sino más bien lo reconoce como “El Amigo de Dios”. Sin embargo, por lo expresado en Génesis 15:6, se puede denotar la impresionante fe de Abraham, pues es aquí donde se basa la fe en el pacto de la promesa que Dios hizo con él.  

 

El apóstol Pablo dice: “Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham” (Gálatas 3:6-7); así que, la fe se asocia tanto a Abraham, que es uno de los favoritos héroes de la fe del capítulo 11 de Hebreos, donde se resalta su fe de una manera impresionante. Además, es nombrado por esta misma razón en el libro de Santiago 2:21, saliendo a relucir por su fuerte creencia en las promesas de Dios. 

 

¡No hay duda de que la fe que tenía Abraham era extraordinaria! Esa fe es un gran desafío para nosotros, por esta razón, quiero que veamos la línea del tiempo de la fe de Abraham, para seguir su ejemplo y ponernos en el camino, para alcanzar una fe tan fuerte y grande como la de él. 

 

La fe de Abraham fue extraordinaria, pero no fue así desde el principio. En el transcurso de su vida y de una forma paradójica, Abraham tuvo cuatro fallas muy grandes por falta de fe: 

 

1a. Cuando obedece el mandato de Dios de dejar su tierra y su parentela hacia una tierra que Dios le mostraría. Abraham no salió sólo como Dios se lo pidió, llevó consigo a su padre Taré y a su sobrino Lot; después, se estableció en una tierra donde Dios no le había indicado (Harán). Podríamos decir que obedeció a medias, y una obediencia a medias es una completa desobediencia. 

   

Así hacen muchos cristianos que obedecen lo que les conviene y desarrollan una fe selectiva. De esta primera experiencia de Abraham, aprendemos a estar en el lugar donde Dios quiere y con la gente que Dios quiere. 

 

2a. Cuando llega a Egipto huyendo de una gran hambre (Génesis 12:10-13). Ahí mintió diciendo que su esposa era su hermana, y aunque esta era una media verdad, volveremos a decir que una media verdad es una mentira completa. Como resultado, cuando el Faraón se enteró de quién era la mujer que había tomado, la devolvió y envió a Abram con ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas y camellos. Al Parecer todo le había ido muy bien y la mentira había dado buenos resultados; por lo menos, eso es lo que muchos creen cuando hacen uso de la mentira para cubrir otro pecado. En este caso, el pecado de Abraham era que no había creído firmemente en la promesa, ya que él no podía morir antes que se cumpliese la promesa de Dios.  

 

¿En qué ocasiones te ves tentado a mentir?, ¿crees que mintiendo saldrás bien como el caso de Abraham? ¡La mentira siempre trae sus tristes consecuencias! 

 

3a. Cuando toma a Agar para procrear. Abraham toma a Agar y nace Ismael, pero ese no era el plan de Dios, la promesa decía que tendría un hijo, pero él pensó que podría ser por medio de su criada. Ahora resulta que, aquella mujer que le habían dado como una de las siervas en Egipto, es la protagonista del debilitamiento de la fe de Abraham. Acá es donde vemos las consecuencias de la mentira, la cual le resultó a él como una bomba de tiempo, que le vino a estallar en el momento preciso donde su fe se había debilitado.  

 

Cuando estás desesperado porque Dios no contesta tu oración y tu fe se debilita, ¿cuál es el pecado que se hace presente en tu vida? 

 

4a. Cuando vuelve a mentir sobre su relación con Sara.  Abraham miente de nuevo, diciendo que su esposa es su hermana. Dicen que el hombre inteligente aprende de sus errores, pero el sabio, de los errores de otro; pero Abraham volvió a “meter la pata” en su área débil, que era la mentira. Como consecuencia, es confrontado por Abimelec y expulsado de su territorio. ¿Qué necesidad tenía Abraham de mentir?, ¿acaso no tenía a un Dios todopoderoso que podía librarlo de cualquier situación de peligro? Abraham pudo haber ejercido en esta situación la misma fe con la que salió de Ur, cuando intercedió por Lot y con la misma fe que le llevó a creer que Dios le daría un hijo. Pero, muchas veces en la vida nos debilitamos en fe, cedemos a la tentación y no echamos mano de las herramientas divinas, sino, damos oportunidad al pecado como el caso de Abraham. Su viejo pecado de la mentira le volvió a visitar y encontró el momento perfecto para mostrar su cara. 

 

La fe de Abraham venía siendo probada y fortalecida en medio de todas estas situaciones, pero vendría una prueba mucho más fuerte que las anteriores, cuando Dios le pide que sacrifique a su hijo, a su único, Isaac (Génesis 22:1-2). Esta vez, Abraham ha fortalecido su fe y lleva a su hijo hasta el punto en el que estaba dispuesto a sacrificarlo, porque creía que la promesa era cierta y que Dios levantaría una descendencia de él y que, si mataba a Isaac, Dios lo volvería a levantar para hacer posible Su promesa. 

 

Cada vez que Abraham pecaba, Dios lo visitaba y le daba Su palabra que lo restauraría y fortalecería su fe; sin embargo, después que Abraham vio cumplida la promesa del nacimiento de Isaac, nunca más volvió a decaer en su fe y esa es la fe con la cual se ha dado a conocer.  

 

¡Esa es la fe que todos deseamos tener!, pero, ya sabemos cómo tener una fe de esa magnitud: por medio de las pruebas de la vida y aferrándonos a las promesas de La Palabra de Dios. 

 

¿Cómo está tu fe?  

¿Estás aferrado a las promesas de Dios?  

La fe de Abraham iba creciendo y fortaleciéndose con el tiempo y con las pruebas; ¿cómo se está fortaleciendo tu fe?  

¡Tener una fe como la de Abraham sí es posible!, ¡aférrate a las promesas de Dios y Él se manifestará grandemente en tu vida y en la de tu familia! 

Pastor Nelson Reynaldo Pérez 

Director Gral. Cinco E Internacional

www.cincoe.org 




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