LA FE CONVIERTE TU AFLICCIÓN EN GOZO
“Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá” 2do. de Crónicas 20:3
Asa fue el tercer rey de Judá, fue un buen rey que siguió el ejemplo de David. Entre sus reformas, se menciona que eliminó de Judá a todos los sodomitas, es decir a los afeminados y homosexuales que se habían introducido en el reinado de su abuelo Roboam; hizo que el pueblo buscara a Dios, removió a su propia madre de la posición de privilegio que tenía por haber hecho un ídolo de Asera; su compromiso con Dios era más fuerte que la misma familia.
Josafat tuvo la bendición de tener como padre a Asa, quien le heredó un reino sano y con un estilo de gobierno similar al de David. Hizo un programa de formación espiritual para todo el pueblo, basado en La Palabra de Dios, algo que le serviría para alcanzar victorias más adelante; pero Dios tenía preparada una gran prueba para Josafat.
Veamos cómo fue que reaccionó y aprenderemos de su victoria para que también nosotros desarrollemos una fe como la de él.
I. CUATRO EJÉRCITOS PODEROSOS CONTRA JOSAFAT. (2 Crónicas 20:1-2) El rey estaba tranquilo en su palacio cuando llegaron a darle la noticia que una gran multitud de hombres de guerra venían contra él; los moabitas, los amonitas, los sirios y los edomitas habían unido sus fuerzas para destruir a Josafat. No se trataba de una amenaza o de una sospecha, pues los ejércitos ya estaban acampados en su territorio a unos kilómetros de Jerusalén; la situación era grave y sólo se le podía anunciar una destrucción inminente; con el enemigo cerca ya no se podía negociar, no había posibilidades de hacer una alianza con algún vecino porque eran ellos los que lo estaban atacando y no tenía fuerzas para hacerles frente (2 Crónicas 20:12). Para Josafat, era un callejón sin salida, muy similar a lo que le pasó a Moisés cuando estaba entre el ejército de faraón y el mar.
A veces, Dios permite este tipo de situaciones para ver qué hacemos y no hay recurso aparente que nos ayude a salir adelante; nos sentimos indefensos, creemos que no hay escapatoria y que ese será el fin, no hay nadie que auxilie, no hay médico que pueda resolver ese problema y no hay dinero que pueda salvarnos; no hay amigos que nos ayuden y nos sentimos solos y derrotados. Pues allí es donde podemos decir: ¡sólo Dios con nosotros! Como era de esperarse, Josafat tenía un gran temor en su corazón.
II. JOSAFAT BUSCA EL AUXILIO DE DIOS (2 Crónicas 20:3-13).
A. Ante tal grave y desesperante situación, Josafat no tuvo más opción que buscar la ayuda de Dios y humilló su rostro para consultar a Jehová (v.3), muy similar a lo que le pasó a Moisés; como líderes, buscaron a Dios, pues ellos eran los que tenían que dar dirección al pueblo. Josafat hizo pregonar ayuno a todo el pueblo y todos fueron de un mismo sentir uniéndose al ayuno; juntos clamaban a Dios en la casa de Jehová para aferrarse a la promesa que Dios le había dado a Salomón: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar” (2 Crónicas 7:14-15).
¡Mientras ellos todavía oraban y ayunaban clamando a Dios por su misericordia, Dios les contesta su oración!
B. Dios contesta al clamor de Josafat y el pueblo (2 Crónicas 20:14-17). Dios habla por medio de Jahaziel y les da el siguiente mensaje:
1. “No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”. Dios, conociendo su corazón que estaba angustiado por la inminente batalla, les pide que no tengan miedo y que no se amedrenten, es decir que no actúen en base al miedo. A continuación, les da las razones para no tener miedo ni amedrentarse. Les dice: “…porque no es vuestra la guerra sino de Dios”; ¡wow qué alivio debió de sentir Josafat cuando escuchó este mensaje de parte de Dios!, porque los mensajeros le habían dicho que esos ejércitos venían contra él, pero ahí entendió que no era contra él sino contra Dios, a lo mejor Josafat dijo: ¡A bueno, de esta manera, sí cambia la cosa!
2. “No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros…” (2 Crónicas 20:17), Dios les dice: “Es más, ni habrá necesidad de que ustedes peleen en esta batalla, sólo vayan a ver cómo es que yo les daré la salvación”. Así, todos se animaron y dijeron: “vamos a ver lo que hará Dios con estos incircuncisos”; pero, había otra promesa más que sería de gran ayuda para el pueblo.
3. “Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros” (2 Crónicas 20:17). Esta es una gran promesa que da aliento a todos los que alguna vez hemos estado en tiempos de angustia y aflicción, ¡porque Dios estará siempre con nosotros!; ¡estar conscientes de la presencia de Dios, lo cambia todo!
C. La clave de la victoria de Josafat fue que él y el pueblo creyeron estas tres promesas que les dio por medio de su profeta, «Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa, y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: “Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados”» (2 Crónicas 20:20).
¡La fe en Su Palabra brinda seguridad, confianza, paz y gozo!; ellos tuvieron la confianza que su profeta estaba diciendo La Palabra de Dios; al poner su confianza en estas palabras, les dio la capacidad de ver el problema desde otra perspectiva y ahora sí podían tener gozo y alabar a Dios por su maravillosa protección.
¡Ellos cantaron el himno de victoria en el lado correcto!, no como en el caso de Moisés que el pueblo de Israel cantó su himno del otro lado del mar, ya después de haberlo atravesado, y lo hicieron así porque era un pueblo incrédulo; sin embargo, Josafat había instruido al pueblo, todos ellos creyeron y pudieron cantar el himno de victoria y alabanza a Dios por fe, antes de ver la salvación de Dios con sus ojos.¡Te animo a cantar por fe el canto de victoria en el lado correcto!
D. Cuando comenzaron a alabar a Dios vino la destrucción de sus enemigos. “Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del Monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá y se mataron los unos a los otros. En esta batalla, no escapó ninguno (v.22-24); ellos no tuvieron que matar a nadie porque ya todos estaban muertos, estuvieron tres días recogiendo el botín porque era mucho (v. 25).
¡Dios quiere hacer cosas hermosas en tu vida sólo espera que Le creas a Sus palabras!
III. EL GRAN PROBLEMA DE JOSAFAT SE VOLVIÓ EN BENDICIÓN. 2 Crónicas 20:27, “Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había dado gozo librándolos de sus enemigos”; la fe en las promesas de Dios les permitió regresar con gran gozo, llenos de riquezas y cantando alabanzas a Dios. Regresaron con garantía de paz porque los pueblos se dieron cuenta de lo que había sucedido en esta batalla y les dio mucho miedo, de tal manera que, nadie se atrevió a hacer guerra contra Josafat y su pueblo, porque eran hombres de fe “Y el pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que Jehová había peleado contra los enemigos de Israel” (2 Crónicas 20:29).
¿Cuáles son tus problemas actuales?
Dios quiere manifestarse en tu vida, pero quiere que pongas en práctica las promesas que Él te ha dado en Su Palabra; escucha a Sus siervos porque Él tiene Palabra para ti.
¡Dios no quiere que luches sólo!, ¡Él quiere pelear tus batallas!; búscalo como lo hizo Josafat y encontrarás a un Dios misericordioso y poderoso que está a tu favor
Pastor Nelson Reynaldo Pérez
Director Gral. Cinco E Internacional
www.cincoe.org
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