“Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él” Juan 9:3
Muchos cristianos en la actualidad creen que, si una persona se porta mal o anda en pecado, Dios le castigará; y si se porta bien o anda en santidad, Dios le retribuirá y tendrá bendición.
Esto es exactamente lo que enseña la “Teología de la Retribución”; si una persona tiene cáncer, es un castigo de Dios por su mala conducta; si alguien se hace rico, es porque su vida complace a Dios. Sin embargo, nos podríamos preguntar ¿por qué los justos sufren?, ¿por qué los malos se gozan y parecen escapar a la justicia divina? o ¿por qué Salomón escribió: “Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días” (Eclesiastés 7:15).
En Juan capítulo 9, El Señor Jesucristo aborda el tema y nos deja claro que esta “teología”, no tiene sustento en La Palabra de Dios.
I. LOS DISCÍPULOS CREÍAN QUE, TODA ENFERMEDAD TENÍA COMO BASE UN PECADO. “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? (Juan 9:1-2). En los tiempos de Jesús, existía la idea que toda enfermedad era una consecuencia directa de las obras malas de la persona que la padecía; los discípulos no escapaban a esta idea, por eso le preguntan a Jesús si ese hombre era ciego por su pecado o por el pecado de sus padres.
Acá tenemos un problema, porque nos estamos refiriendo a un ciego de nacimiento; es decir, no podía ser por el pecado de él, porque no tuvo oportunidad de pecar para merecer la ceguera; entonces, ¿qué tipo de idea estaban considerando los discípulos? La verdad, es difícil saberlo, en La Biblia hay muchos ejemplos que demuestran que esta teología no tiene lugar en Ella, ya que podríamos preguntarnos ¿qué hizo José para merecer la esclavitud y la cárcel? o ¿qué hizo Job para merecer la grave enfermedad que sufrió? Por esta razón los enfermos crónicos, en esa época, eran marginados, porque se creía que ellos mantenían pecados ocultos en su vida, pero Jesús tenía una forma diferente de pensar y les responde a su inquietud: “…No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él” (Juan 9:3).
¡Jesús eliminó la posibilidad de que el ciego haya pecado y que aquella enfermedad, fuera causada por el pecado de sus padres!; ¡esa enfermedad tenía un sólo propósito, y ese propósito era para que “las obras de Dios se manifiesten en Él”!; es decir que, mediante la sanidad de esta persona, Jesús demostraría una vez más que Él es el Mesías prometido.
II. LAS TRES EXPRESIONES DE JESÚS. “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo” (Juan 9:4-5).
- La primera expresión de Jesús fue: “Me es necesario hacer las obras del que me envió”, acá el Señor Jesucristo se refería a realizar aquellas obras que estaban profetizadas con respecto al Mesías prometido, tal como lo anunció el profeta Isaías: “Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán” (Isaías 35:5) Así que, ¡la ceguera de aquel hombre, serviría para evidenciar que Cristo era el Mesías prometido y que Él era Dios mismo! Toda enfermedad tiene un propósito y éstas pueden ser para dar gloria a Dios, si Dios te sana de una enfermedad es para que puedas dar testimonio para la honra y gloria de Dios, no te olvides de clamar a Dios, por tu sanidad ya que Él puede glorificarse en ti.
- La segunda expresión de Jesús fue: “Entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar”. El Señor sabía que la vida es corta y que a Él le quedaba ya poco tiempo, así que, aprovecharía el tiempo de vida que Le quedaba para completar Su obra y hacer la voluntad del Padre; ya que después, “viene la noche donde nadie puede trabajar”; es decir, viene la muerte y tu tiempo en esta tierra se termina con todo y sus oportunidades.
¿Estás aprovechando el tiempo mientras “es de día”?
- La tercera expresión de Jesús fue: “Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo”; siendo La Luz del Mundo, abrió los ojos del ciego para hacer que viera la luz por primera vez en su vida, sacándolo de la oscuridad. Esta es una imagen hermosa de nuestra tarea, ya que nosotros también somos luz de este mundo (Mateo 5:14), y es nuestra tarea sacar a las personas de las tiemblas a la luz admirable de Dios.
III. LA PROGRESIÓN DE LA FE DEL CIEGO DE NACIMIENTO. La progresión de la fe del hombre sanado se puede ver por medio de los nombres con los que él identifica a Jesús.
- ¡Reconoció a Jesús delante de sus vecinos como “UN HOMBRE”!: “Y le dijeron: ¿Cómo te fueron abiertos los ojos? Respondió él y dijo: “Aquel hombre” que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista. Entonces le dijeron: ¿Dónde está él? Él dijo: No sé” (Juan 9:10-12).
- ¡Reconoció a Jesús delante de los fariseos como: “PROFETA”!; “Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta” (Juan 9:17). Este reconocimiento, le valió la expulsión del judaísmo, estaba fuera de la religión y prácticamente apartado de Dios y su salvación; ¿estás dispuesto a expresar tu fe a pesar de ser rechazado?
- ¡Reconoció a Jesús delante de Él como “EL HIJO DE DIOS”!: “Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados (Juan 9:35-39). Es acá donde se manifiesta la conversión de este hombre, que reconoció a Jesús como Dios y le adoró; ¡y Jesús recibió la adoración porque Él es Dios!
La única enfermedad que todos tenemos de nacimiento es nuestra ceguera espiritual, de la cual, todos debemos de ser sanados por Jesús, pero los fariseos no reconocieron su ceguera espiritual.
¿Has recibido sanidad de tu ceguera espiritual?, ¿estás disfrutando de la luz que Dios te da?
¿Por qué razón crees que a las personas buenas les pasan cosas malas?
¡Este hombre, ciego de nacimiento, creyó a Jesús y le obedeció al ir al estanque de Siloé!; no tuvo miedo de decir que era discípulo de Jesús delante de los fariseos, y cuando vio a Jesús, le adoró. No hay duda que este hombre mostró su agradecimiento por lo que Dios había hecho en su vida.
¡Tenemos que aprender de este hombre que fue obediente, valiente y agradecido!
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