¿CÓMO SE PUEDE VER TU FE?

 

Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” Génesis 15:6 

 

A veces creemos que, para ser buenos creyentes, necesitamos generar una fe que mueva montañas; pero cuando pienso en Abraham, “el amigo de Dios”, de quien se dice que es “el Padre de la fe”; me doy cuenta que su fe se limitó a obedecer lo que Dios le había dicho. Eso lo ubica como uno de los héroes de la fe en el libro de Hebreos, capítulo 11. Por lo tanto, si tú quieres dejar “maravillado a Dios”, solamente tienes que obedecer lo que Él te pide en Su Palabra (Mateo 8:10); ¡la fe es creer y hacer lo que dice La Biblia!, y Abraham es el personaje bíblico que nos ha dejado un gran ejemplo de fe.  

 

Son muchos aspectos donde podemos ver la preciosa fe de Abraham puesta en escena, pero quiero resaltar solamente tres de ellos, los cuales, veremos a continuación. 

 

I.                    LA CONVERSIÓN DE ABRAHAM POR FE.  Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15:5-6). Esta era la promesa que le había dado una gran motivación a Abraham desde su salida de Ur, porque él quería tener un hijo, pero su esposa era estéril, de manera que, sólo Dios podía hacer el milagro de que llegara a ser papá. Sin embargo, el tiempo de Dios para darle un hijo, todavía no había llegado hasta este momento; Dios, lejos de hablarle sobre su hijo, le habla sobre una Descendencia o Simiente, poniendo su énfasis en los planes futuros de Dios, ayudando a Abraham a poner su fe no en el nacimiento de un hijo, sino en la venida de una Simiente.  

 

¿A qué se refería con una Simiente?  

Leamos lo que dice el apóstol Pablo: Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo” (Gálatas 3:16); También Pablo dice: "Y, si ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y herederos según la promesa" (Gálatas 3:29). La frase, “Y creyó a Dios y le fue contado por justicia” se refiere a que puso su fe en Cristo, así como nosotros hemos puesto nuestra fe en Él; Abraham creyendo que iba a venir, y nosotros creyendo que ya vino a pagar nuestros pecados. Ese es el momento de la conversión de Abraham; así que, si tú has aceptado a Cristo como tu Señor y Salvador, eres de la descendencia de Abraham y heredero de la promesa de la salvación. 

 

 

II.                  ABRAHAM HIZO POR FE UN PACTO CON DIOS.  Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves” (Génesis 15:8-10).  

Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram…” (Génesis 15:17-18). Este pacto se hizo para saber que Abraham heredaría la tierra, es decir, “la Canaan celestial”, o la salvación.  

 

Este pacto consistía en partir animales en dos partes, haciendo un camino en medio lleno de sangre para pasar por él y así, cerrar el pacto, que simbolizaba que, ¡si yo fallo en mi compromiso, sea partido como estos animales! Lo intrigante de este relato es que, en un pacto, ambas personas tenían que pasar por en medio de las partes; pero, en éste, sólo Dios pasó como una antorcha de fuego; entonces ¿cuándo fue que pasó Abraham por ese camino para que el pacto tuviera validez?, bueno, es necesario que vayamos al libro de Hebreos para encontrar una respuesta, “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne” (Hebreos 10:19-20); es acá donde pasó Abraham en medio de las cortinas del templo que representaban la carne de Jesús; y es ese mismo camino que todos los que creemos en Cristo, hemos caminado para entrar al lugar santísimo y alcanzar la salvación; convirtiéndonos en hijos de Dios para manifestar Su naturaleza santa en nuestra vida.  

¡Todo aquel que quiera entrar a la presencia de Dios, tiene que pasar por medio de Jesucristo!, ¡si tú aceptaste a Cristo, hiciste un pacto de santidad con Dios y de andar en Su presencia.  

¿Crees que hoy en día hay personas comprometidas con Dios que honran su pacto?  

¿Eres tú uno de ellos? 

 

III.                ABRAHAM CONFIRMA SU FE EN LA PROMESA, (Génesis 22:1-5); su confianza en Dios había mejorado y Dios, para probarlo, le pide que sacrifique a su hijo; Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré” (Génesis 22:1-2); Abraham se dispuso a obedecer; su fe ya era firme y fue capaz de obedecer a Dios con confianza: “Pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir” (Hebreos 11:19). 

 

¡Qué difícil es hacer las cosas por fe!; pero una vez lo haces y ves el respaldo de Dios, y la veracidad de Su Palabra, el gozo de Dios llena tu corazón y te capacita para confiar más en Él. Definitivamente podemos decir que la vida de Abraham había cambiado, su fe hizo posible que él creyera en la promesa. Por eso, Pablo dice que Abraham fue salvo por fe, creyó a Dios y le fue contado por justicia; sin embargo, Santiago dice que Abraham fue salvo por obras al ofrecer a su hijo en el altar. Ambas posiciones son correctas, todos somos salvos por fe, pero si esa fe es genuina, debe ser visible en obras: Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?” (Santiago 2:14). 

 

Por esto, algunos cristianos que dicen tener fe, pero no son capaces de demostrarlo por medio de su comportamiento, podrían hasta llegar a dudar de su fe, como lo dice Santiago: ¿Podrá la fe salvarle?  

 

Y tú ¿Serías capaz de mostrar tu fe con obras?  

¿Cuáles son las obras que vienen a tu mente y que son producto de tu fe genuina? 

 

¡Si no eres capaz de hacer visible tu fe, esta será puesta en duda!, Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26) 

¡Sigamos el ejemplo de Abraham, que fue capaz de hacer visible su fe y manifestarla en su vida cotidiana, y con su familia! 

Pastor Nelson Reynaldo Pérez

Director Gral. Cinco E Internacional

www.cincoe.org



 

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