CÓMO VENCER LA TIMIDEZ EN TU VIDA
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2ª. a Timoteo 1:7
Cuando el apóstol Pablo escribió su Segunda Carta a Timoteo, estaba en la cárcel y ya próximo morir; como Él mismo lo expresa: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano” (2ª. Timoteo 4:6).
Sabiendo Pablo que su tiempo ya había terminado para expandir el ministerio, decide escribirle a Timoteo para delegarle su responsabilidad ministerial; sin embargo, Timoteo tenía, al parecer, una raíz de timidez. Pudo haber sido porque su padre era muy imponente y no compartía la misma fe que su madre; por eso, no se había circuncidado. Cualquiera que haya sido la razón, él era muy tímido y tenía temor de asumir esta tremenda responsabilidad; a lo mejor pensaba que estaba muy joven y que las personas no lo iban a respetar como lo hacían con Pablo; esto era una realidad en su corazón.
Pablo tomando en cuenta la condición de su discípulo e hijo, Timoteo, le escribe para darle instrucciones de cómo vencer la timidez en su vida, mediante tres consejos:
I. PORQUE TIENES UNA FE NO FINGIDA. “Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también” (2ª. Timoteo 1:5). Timoteo se había hecho acreedor de una fe hermosa, por el estilo de vida que llevaba su madre Eunice y su abuela Loida; quienes eran fieles creyentes y tenían una fe genuina. Timoteo tenía una fe pura, sin mezclas, una fe sincera. Esta clase de fe se aferra de tal manera a las Palabras de Dios y resulta en maravillas; era una fe que fortalecía y hacía que las personas tuvieran victorias en sus vidas, sobreponiéndose a cualquier situación, por difícil que fuera. Pablo le está haciendo entender a Timoteo que tiene que aferrarse a las promesas de Dios y no a sus propias capacidades; la fe hace que una persona se centre en Dios y no en sí misma.
¡Lo importante no es lo que tú piensas de ti mismo, sino, lo que Dios piensa de ti!; y eso es lo que debes de creer.
Sabiendo que Timoteo tenía una fe sincera ¿cómo calificarías tu fe?
¡Existen muchos cristianos que tienen una fe selectiva!; creen algunos textos, pero no creen en otros.
- ¿Cómo es tu fe?
- ¿Conoces a algún cristiano que hace lo que él quiere y no lo que dice La Biblia?
- ¿Qué clase de fe crees tener?
¡Timoteo, no solo tenía una fe genuina, sino, también contaba con una gran fortaleza!
II. TIENES UN ESPÍRITU DE PODER, DE AMOR Y DOMINIO PROPIO. “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2ª. Timoteo 1:6-7).
La expresión “el don de Dios” se usa para referirse al Espíritu Santo; veamos algunos pasajes:
- “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” (Juan 4:10). ¡Esa agua viva es El Espíritu Santo!
- “Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” (Hechos 8:17-20).
Pablo le está diciendo a Timoteo que el ministerio no lo llevaría con sus propias capacidades, sino, que sería una obra que El Espíritu Santo haría en él, si él aviva el fuego dejando que El Espíritu Santo tome control de su vida.
¡Una vez que El Espíritu está dirigiendo su vida, se dará cuenta que no es un espíritu de cobardía! La palabra cobardía significa timidez, que es exactamente lo que él sentía, pero, ¡el Espíritu que él tiene es de poder, de amor y de dominio propio! Es decir, que Dios había dotado a Timoteo de: la capacidad= poder; de la motivación= amor, y la disciplina= dominio propio; para hacer la obra que Dios le había encomendado.
¿Qué es lo que Dios te ha pedido hacer y no lo estás haciendo por temor?
¡El reconocer la clase de espíritu que Dios nos ha dado, es una verdadera motivación para hacer la voluntad de Dios!
III. PORQUE TU DIGNIDAD ESTÁ SEGURA EN DIOS. “Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios” (2ª. Timoteo 1:8). La definición de vergüenza es: sentimiento de pérdida de dignidad, causado por una humillación o insulto recibidos. Pablo explica por qué no se avergüenza del evangelio: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos 1:16); de manera que, ¡si nuestra fe sincera está puesta en este poderoso Evangelio!, ¡no debe importarnos recibir humillaciones o insultos por causa de ese poder que Dios nos ha permitido compartir!
Espero que tú no seas de los cristianos que se avergüenzan de su fe, de orar en público o de evangelizar.
¡No tengas miedo de identificarte con Cristo!, pues una vez estás convencido que el Evangelio es poder y que puede transformar la vida de tus amigos, estarás dispuesto a recibir humillaciones; pero serás motivado al ver las vidas de las personas transformadas por ese Evangelio. Tu dignidad no va a sufrir, pues lo que eres, no depende de lo que digan los demás, sino, lo que Dios te ha dicho y eso es para la eternidad.
¿Te avergüenzas de compartir el evangelio?
¿Has visto el poder de Dios transformando la vida de tu familia o tus amigos?
Recuerda que, ¡Dios te ha puesto para ser un instrumento de salvación para los que te rodean!
Pastor Nelson Reynaldo Pérez
Director Gral. Cinco E Internacional
www.cincoe.org
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