“A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios” Hechos 1:3 Cuando el Señor Jesucristo inició Su ministerio terrenal, en su predicación, decía: “…Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). Ese fue el mismo mensaje que predicaba Juan el Bautista (Mateo 3:2). En el Sermón del Monte, Jesús les presentó a Sus seguidores los valores, la ética y las prácticas de este nuevo Reino, al cual, pertenecemos los que hemos recibido a Cristo como Señor y Salvador. De manera que, nosotros, ahora estamos viviendo en ese Reino que Jesús presentó, el cual, hace que los que somos de este Reino, seamos muy diferentes de los que están bajo el reino de este mundo, con sus valores y conceptos falsos que el diablo ha implantado. I. JESÚS HABLABA DEL REINO DE DIOS. “a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios” (Hechos 1:3). Jesús siguió hablando del Reino de Dios aún después de Su resurrección, a lo mejor hubiera sido interesante que hablara del infierno y de cómo se llevó cautiva la cautividad al cielo, de la alegría de los millones que estaban esperándolo, y el gran gozo cuando todos llegaron a su lugar en el cielo; esos fueron grandes eventos dignos de contar, porque son los resultados de La Resurrección de Jesús. O les hubiera hablado de lo que es tener un cuerpo glorificado, de cómo se trasladaba, pues tenía la capacidad de atravesar paredes, etc. Pero Jesús resucitó para continuar hablando del Reino de Dios, Él estaba enfocado en una sola cosa, que era, establecer el Reino de Dios en la tierra, y este debería de ser nuestro enfoque también; el hacer discípulos para el Reino de Dios, el estar colaborando para el crecimiento del Reino de Dios en la tierra. II. ELLOS HABLABAN DEL REINO SOCIOPOLÍTICO. “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? (Hechos 1:6). A lo mejor ellos estaban esperando vencer a los romanos y tomar control del territorio que ellos tenían, pero, Jesús les habló de un Reino que iría hasta lo último de la tierra, o sea, abarcaba todos los reinos del mundo; pero ¿cómo sería eso?, la respuesta de Jesús a su pregunta fue, “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8), dándoles a entender que previo al reino físico, el Reino que Él iba a establecer era un reino espiritual mundial, que debería de fundarse con el poder del Espíritu Santo. Es decir, que sin la guía del Espíritu Santo, ninguno de nosotros puede alcanzar lo que Dios desea para cada uno de Sus hijos en el nuevo reino. ¿Cómo es tu comunión con el Espíritu Santo? ¿Él Espíritu Santo guía tu vida? III. JESÚS ESTABLECIÓ UN REINO ESPIRITUAL EN NUESTROS CORAZONES (Hechos 1:7-8). Nosotros podemos vivir el reino espiritual en nuestras vidas; eso era lo que predicaba Jesucristo cuando dijo: “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Además Jesús nos dijo que oráramos de la siguiente manera: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:9-10). De manera que, ¡Cristo quiere que vivamos el Reino de Dios en nuestras vidas ahora! Pero, ¿cómo podemos hacerlo? Las características más importantes del milenio las podemos traer a nuestros corazones de la siguiente manera: - En el reino de Dios, Satanás estará atado. “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo” (Apocalipsis 20:1-3). Esta es una de las principales características del milenio, que Satanás será atado y no podrá hacer nada contra el creyente; así mismo, en este tiempo nosotros podemos atar en el nombre de Cristo a Satanás y él ya no podrá hacer nada contra nosotros como dice La Palabra de Dios: “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa” (Mateo 12:28-29). Así que, ¡tú puedes atar el poder de Satanás en tu vida y vivir en victoria!
- En el reino de Dios Cristo es el Rey. La Palabra de Dios nos enseña que Cristo reinará en el milenio, “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Apocalipsis 20:6). Así como Cristo reinará en el milenio, de la misma manera, Él puede reinar en tu corazón, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). ¿Quién reina en tu corazón?; serán valores humanos, serán tus deseos personales o tu propio orgullo. Recuerda que la única manera que vivas la vida que Él quiere para ti, es que Él sea el Rey en tu corazón.
- En el Reino de Dios habrá paz. “Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” (Isaías 2:4); esta es una de las características que será muy notable, pues Jesús es el Príncipe de Paz, y en nuestra vida espiritual también podemos tener paz, pues es parte del fruto del Espíritu Santo y en el libro de Romanos se nos enseña lo siguiente: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres (Romanos 12:18). Tener paz contigo y con los demás, sólo es posible cuando tienes paz con Dios, así que ponte a cuentas con Dios y Él hará posible que tú no guardes rencor con los que te han ofendido; o que pidas perdón si has ofendido; no es la voluntad de Dios que tengas ofensas no resueltas.
¿Hay alguna persona que te ha ofendido y que no has perdonado? ¡Hoy es cuando puedes hacerlo, si quieres vivir el Reino de Dios en tu corazón! ¡Te invito a vivir el Reino de Dios! y a que, no solamente ores diciendo “venga tu Reino”, sino, que lo vivas dentro de ti; tu vida se ajustará con facilidad para hacer la voluntad de Dios, si permites que el Espíritu Santo guíe tu vida.
Pastor Nelson Reynaldo Pérez Director Gral. Cinco E Internacional www.cincoe.org Área de archivos adjuntos |
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