EL PADRE DE LAS LUCES ES BUENO
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” Santiago 1:17
La expresión “Padre de las luces” no es fácil de definir; podría ser que se refiera al Creador, porque Él hizo los cielos y las lumbreras, también, por el hecho de que Él es luz contrastado con las tinieblas. Pero, si tomamos en cuenta el contexto, simbólicamente la luz podría referirse a lo que es naturalmente bueno y las tinieblas a lo que es malo.
En el Antiguo Testamento existen muchas referencias expresando que Dios es bueno; y, en el Nuevo Testamento, nuestro Señor Jesucristo afirmó en Lucas 18:19 que Dios es bueno.
A veces tendemos a ver la bondad de Dios de acuerdo a cómo nos ha ido en la vida y decimos: “Dios ha sido bueno conmigo”; pero cuando nos va mal, no decimos que Dios es bueno, porque tendemos a definir Su naturaleza de acuerdo a nuestra condición; esto hace que nos auto-engañemos y por eso, Santiago nos dice: “Amados hermanos míos, no erréis” (Santiago 1:16). Sin embargo, ¡Dios sigue siendo bueno, independientemente de cómo te vaya en tu vida!, porque, ¡Su naturaleza es ser bueno!
Veamos cómo Santiago describe la naturaleza de la bondad de Dios.
I.DIOS ES LA FUENTE DE TODO LO BUENO.
“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces” (Santiago 1:17).
Cuando Dios hizo la creación expresó que era bueno, de manera que, ¡todo lo que Dios hace es bueno!, ¡Dios es la fuente de todo lo bueno!
La palabra “dádiva”, hace énfasis en la acción de dar regalos u obsequios, favores; habla de la disposición del “Padre de las luces” para dar y mostrar Su generosidad en una forma gratuita. La palabra “don” es el objeto que ha sido dado, el cual, es perfecto; por eso, ¡Dios es misericordioso para siempre y Sus misericordias son nuevas cada mañana!, ¡Dios es bueno con todos y más, con Sus hijos!
Esto significa que tú y yo, no nos hemos ganado o no merecemos lo que Dios nos ha dado. A veces, creemos que hemos sido muy inteligentes y hábiles para obtener lo que hemos logrado, pero toda buena dádiva y todo don perfecto viene del “Padre de las luces”.
El entender este principio, es reconocer que Dios es bueno, y como consecuencia, debe de ser una reacción natural del creyente el confiar en Dios, “Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él” (Salmo 34:8). También debemos de alabarle a manera de gratitud, “Aclamad a Jehová, porque él es bueno; Porque su misericordia es eterna” (1 Crónicas 16:34); “…alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre” (2 Crónicas 7:3); “Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová…” (Esdras 3:11).
El hecho de que Dios sea bueno significa que, ¡no tiene nada malo en Él!, ¡Sus intenciones y motivaciones son siempre buenas!, ¡Él siempre hace lo que es correcto!, ¡el resultado de Su plan siempre es bueno!, y por supuesto, es lo que nos conviene hacer.
¿Has llegado a entender que todo lo que tienes proviene de Dios?
¿Cuál es tu reacción al saber este principio que nos enseña La Biblia?, recuerda, ¡Dios es bueno y todavía tiene Su bondad inclinada hacia ti!
II. DIOS ES BUENO Y NUNCA CAMBIARÁ.
“En el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17). A veces pienso que la expresión “Dios es bueno” se queda corta para lo que realmente significa, ¡porque las bondades de Dios son tan maravillosas y tan grandes!, ¡Sus misericordias son nuevas cada mañana y son para siempre!; así que, nos describen a un Dios super-extremadamente bueno. Es más, la bondad de Dios ya no se puede mejorar, ya que, ¡Él es Lo mejor!, por eso no cambia.
Hay cosas difíciles de entender con respecto a Dios, pues la palabra “mudanza” (del griego Paralage) significa la diferencia entre dos posiciones aparentes de un cuerpo, al ser observado desde dos puntos diferentes; por ejemplo, la forma en la que los niños trazan la figura humana de sus padres, los dibujan con las piernas largas porque así los ven; o cuando aparentemente vemos que un objeto “camina”, cuando nos movemos, la posición del objeto cambia. Lo que está diciendo La Biblia es que, no importa desde qué punto veas a Dios, ¡Él no cambia, Él es el mismo!
También Santiago usa otra frase para describirnos que Dios no cambia, “ni sombra de variación”; es decir, nada ni nadie puede hacer que Dios se opaque o que brille más haciendo sombra sobre Él; como el caso de la luna, que cambia su apariencia con la luz del sol o con la sombra de la tierra, de manera que Dios es incapaz de cambiar o ser cambiado por otros.
Un cambio, sea para bien o para mal denota imperfección, por eso, ¡Dios no cambia, porque Él es perfecto!; ¡Dios no aprende con la experiencia!, no tenemos ahora un mejor Dios que el que tuvo Adán en el huerto de Edén, ¡Él es el mismo de ayer, de hoy y de siempre!
Acá en la tierra hemos recibido tantas decepciones, porque confiamos en personas que después nos traicionan y nos quedamos con esa mala experiencia, la cual, nos hace desconfiar de los demás; pero, si Dios ha decidido bendecirte, ¡nada ni nadie Le hará cambiar de hacerte el bien que ha determinado para ti!, ¡puedes confiar cien por ciento en Él porque Él no cambia!, ¡si te da una promesa Él la cumplirá!, ¡si te ha dado la salvación no te la quitará!, ¡si te ha dicho que te ama, nunca dejará de hacerlo! La Biblia dice que “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8), ¡tengamos confianza en Él, porque Dios es bueno!
III. SOMOS EL RESULTADO DE SU BONDAD.
“Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas” Santiago (1:18). Una de las evidencias de Su gran bondad es Su plan para redimirnos del pecado; Él en Su bondad, envió a Su Hijo para que fuera el sacrificio perfecto para que pudiéramos ser perdonados de nuestros pecados. ¡Dios no quiere que, "...ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9)! La Biblia dice que la benignidad de Dios es la que nos lleva al arrepentimiento “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? (Romanos 2:4) porque por medio de Su gracia nos ha hecho nacer de nuevo y de disfrutar de una hermosa comunión con Él.
Así que, si has decidido invitar a Cristo en tu corazón como Señor y Salvador, tienes lo más grande y lo mejor que existe en la vida.
“Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan” Salmo 86: 5.
Pastor Nelson Reynaldo Pérez
Director Gral. Cinco E Internacional
www.cincoe.org
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